Con un infartante desenlace, la casa Sotheby’s finalmente subastó la camiseta azul que Diego Armando Maradona usó en el segundo tiempo de aquel histórico partido en el que la Selección Argentina venció a Inglaterra en México ‘86, y en el que el futbolista convirtió dos de los goles más recordados de la historia de ese deporte.
En la última semana, apenas se había registrado una oferta por 4 millones de libras. Este miércoles a las 12.00 horas de la Argentina culminaba el plazo, y a 15 minutos del final apareció una propuesta por 4,2 millones. A partir de allí, todo se aceleró: hubo una por 4,5 millones; le siguió una más por 5 millones; luego una de 5,5 millones; una sexta por 6 millones; y, justo sobre la hora, apareció una oferta final por 7.142.500 millones de libras esterlinas (casi US$ 9 millones).
Por el momento, lo único que se sabe del comprador es que se trata de un ofertante del Medio Oriente.
La camiseta estaba en manos del exjugador británico Steve Hodge, quien la había intercambiado con Maradona al final del encuentro y finalmente decidió que era el momento de subastarla. Para ello tuvo que demostrar que era la original, luego de un reclamo de la familia Maradona, que aseguraba tener la verdadera. Pero se determinó que Claudia, Dalma y Giannina tienen la que usó en el primer tiempo.
La cifra abonada por la camiseta de Maradona en aquella mítica actuación (con “la mano de Dios” y el mejor gol de la historia) superó las expectativas de la casa de subastas, que esperaba alcanzar las 6 millones de libras.
LA HISTORIA QUE PERMITIÓ DEMOSTRAR SU AUTENTICIDAD
Según relatan, el entonces DT de la Selección, Carlos Bilardo, había pedido a la firma Le Coq Sportif, la confección de camisetas con una tela que no acumulara tanta agua, para reducir el peso de los jugadores durante el partido, teniendo en cuenta la altura de México. Y la empresa lo hizo, pero sólo alcanzó a fabricar las de la casaca titular, celeste y blanca.
Contra Inglaterra debía jugar con la alternativa, que no tenía esa tecnología, y Bilardo se negó. A sólo 72 horas del encuentro pidió Rubén Moschella, gerente administrativo de la Selección, que saliera a las calles a buscar camisetas azules de Le Coq Sportif con esa tecnología. Pero sólo consiguió dos modelos azules sin esa tela.
Para resolverlo, le consultaron a Maradona cuál le gustaba, y la escogió él. Así, salieron rápidamente a comprar 38 unidades (dos por jugador). Y todavía había que coserles los escudos y pegarles los números (consiguieron de fútbol americano).
Todos estos detalles de confección permitieron dirimir el litigio con la familia del astro. “La concluyente comparación de imágenes basada en los hilos deshilachados e imperfecciones de costura en el parche frontal de la camiseta. Las comparaciones analizadas nos hicieron llegar a la conclusión que estas características son únicas en esta camiseta específica», había asegurado John Robinson, de la empresa Resolution Photomatching.