El mundo del tenis comenzó la cuenta regresiva para el inicio del tercer Grand Slam del año, Wimbledon, el más importante del mundo por historia y porque es el título que todo tenista querría ganar.
Este año el torneo londinense, que se jugará entre el 27 de junio y el de 10 de julio, no admitirá la participación de tenistas rusos ni bielorrusos, a causa de las sanciones impuestas a esos países debido a la invasión de Rusia a Ucrania.
Esta decisión convierte a Wimbledon en el primer Grand Slam en prohibir atletas individuales, después de que Rusia haya quedado expulsada de torneos como el Mundial de Catar y de otras competiciones por equipos en el tenis como la Copa Davis y la Billie Jean King Cup, donde defendían los títulos conquistados en 2021. De este modo se confirman las advertencias del Gobierno británico, que, a través del ministro de deportes, Nigel Huddleston, pidió repetidas veces que los tenistas rusos tuvieran que declarar por escrito su independencia de Vladímir Putin para evitar que estos hicieran algún tipo de gesto a favor de Rusia durante el evento.
Entre los perjudicados se encuentran deportistas de elite como Daniil Medvedev, el número dos del mundo, al igual que su compatriota Andrey Rublev, octavo mejor tenista del mundo; a pesar que ambos se manifestaron en contra de la guerra.
Actualmente, los tenistas rusos y bielorrusos pueden jugar en el circuito, siempre y cuando no lo hagan bajo la bandera de sus respectivos países ni porten símbolos que recuerden a ellos. En tanto, la decisión de los organizadores de la Catedral del tenis, marca un quiebre en la historia del torneo siendo la primera vez que impiden a deportistas de un determinado país desde los años después de la Segunda Guerra Mundial.
