Leyendo:
Brasil se compromete a proteger la Amazonía
Artículo Completo 4 minutos de lectura

Brasil se compromete a proteger la Amazonía

Brasil protegerá la Amazonía «con sus propios esfuerzos», sin condicionar la tarea a la recepción de fondos internacionales, aseguró hoy en la COP27 la exministra de Medio Ambiente y diputada electa Marina Silva.

En un encuentro con la prensa dos días antes de que el presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, llegue a la conferencia del clima que se está celebrando en Egipto desde el domingo pasado, Silva enumeró las prioridades ambientales del próximo Gobierno.

Silva, que podría repetir como ministra de Medio Ambiente, cargo que ya desempeñó con Lula entre 2003 y 2008, insistió en la necesidad de crear un superórgano nacional que coordine la acción climática entre varios ministerios.

«Es algo innovador y potente», declaró la exministra, citada por la agencia de noticias AFP.

Silva aseguró que la visita de Lula a Sharm el Sheij, antes incluso de asumir el cargo el 1º de enero, envía el mensaje poderoso de que «Brasil recobra el protagonismo ambiental en el espacio multilateral».

Según sostuvo, «una prioridad estratégica» será la lucha contra la deforestación de la Amazonía, que bajo el Gobierno de Jair Bolsonaro avanzó con fuerza desde 2019 y en 2021 alcanzó un máximo en 15 años, por su política de promoción de la minería y las actividades agropecuarias incluso en zonas protegidas.

En esa tarea por preservar el mayor pulmón verde del planeta y un sumidero fundamental de CO2 capaz de combatir el cambio climático, Silva aseguró que Brasil actuará «con sus propios esfuerzos», sin condicionarlo a la ayuda internacional.

Y al combatir la destrucción de la Amazonía y perseguir un objetivo de reforestación de 12 millones de hectáreas, Brasil adoptará un papel de liderazgo mundial «por medio del ejemplo», destacó.

Silva celebró, no obstante, que Noruega y Alemania hayan anunciado, que están dispuestos a reanudar su apoyo financiero ahora que Lula vuelve al poder y anticipó que buscarán socios adicionales.

Noruega es el mayor contribuyente de ese fondo, y según su ministerio de Medio Ambiente, hay actualmente 641 millones de dólares disponibles.

Silva detalló que la ayuda internacional puede ser útil igualmente para promover la llamada bioeconomía.

Según ella, una de las pistas es fortalecer la agricultura familiar en la Amazonía, no para hacer retroceder su extensión sino para aumentar la productividad en explotaciones ya existentes por medio de tecnología más moderna.

Igualmente, la aliada de Lula reconoció que hay una tarea urgente en recomponer los presupuestos destinados a la preservación de la Amazonía, recortados por el Gobierno de Bolsonaro, y también los equipos especializados en la conservación.

«No es algo difícil, habrá que sustituir a personas inadecuadas, militares que no saben de medio ambiente», por «equipos técnicos» capaces de hacer su trabajo y que están «amenazados y asediados por el actual Gobierno», apostilló.

La ex ministra, que viajó a Egipto para preparar el terreno a la esperada visita de Lula, enfatizó por otro lado que será necesario revisar el mercado de créditos de carbono, para evitar que las empresas de energías fósiles los usen para lavarse la cara y evitar tener que reducir sus emisiones.

«No creo que se deba perpetuar la generación de energía fósil apoyándose en esos créditos. Esas empresas tendrán que transitar a un modelo consistente en generar energía y no sólo vender petróleo», explicó Marina Silva.

«Ese es el camino que con certeza se perseguirá en Brasil, que también es un productor de petróleo», y que por lo tanto empleará «este recurso aún necesario para hacer la transición a otras fuentes de generación de energía», agregó.

Silva enfatizó que, «en su opinión» personal, esto aplica a la petrolera estatal Petrobras, que debe ir más allá del petróleo y contribuir a la transición energética de Brasil.

Ingresa las palabras claves y pulsa enter.