El casquete polar en la Antártida se redujo a niveles récord en febrero por segundo año consecutivo, como viene sucediendo desde hace una década, informó este martes 7 de marzo el observatorio europeo del clima Copernicus.
El área helada del océano que rodea el continente antártico tenía una superficie de 2.09 millones de kilómetros cuadrados el 16 de febrero, el nivel más bajo desde que empezó a ser medida en 1978, informó Copernicus a AFP.
MENOS HIELO EN EL POLO SUR
Otro indicador importante, la “extensión de hielo diaria” en el Antártico, “también llegó a un mínimo histórico, superando el récord previo de febrero de 2022”, informó el servicio de monitoreo. El Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC) estadounidense ya había alertado el mes pasado de esta reducción de la masa helada, pero dio una superficie menor, 1.79 millones de kilómetros cuadrados.
El servicio Copernicus atribuyó esta divergencia de datos a “diferentes algoritmos” de medición de la zona. La extensión de hielo sobre el océano en el Polo Sur se achica y se repone cíclicamente cada año, con las variaciones de cada estación, pero la reducción detectada por los servicios de vigilancia europeos y estadounidense se ha intensificado.
REDUCCIÓN DEL CASQUETE POLAR MARINO
La reducción de ese casquete no supone un incremento del nivel del mar, porque es agua salada que simplemente estaba helada. Pero al descongelarse, esa barrera deja al descubierto la gran masa continental helada, que sufre en consecuencia los embates del océano. Ese hielo es de agua dulce, y si llegara a descongelarse, sí podría producir una catástrofe.
El hielo marino ejerce por otra parte un importante papel, el denominado efecto albedo, de rebote de los rayos solares. Al fundirse, es reemplazado por la masa oscura del océano, que absorbe más luz, lo que contribuye al cambio climático.
Según los datos de Copernicus el casquete de hielo marino antártico, en febrero de 2023, se redujo “en un 34 por ciento por debajo de la media”, batiendo así el récord mensual de febrero de 2017. Es el octavo año consecutivo que se produce este fenómeno de acentuación del deshielo, más allá de la media histórica registrada.
Los científicos han observado desde principios de los años 1990 una aceleración del deshielo en esta zona de la Antártida a causa del cambio climático. El temor es que ese fenómeno alcance un punto de no retorno, más allá de la evolución del clima.
Publicado en cooperación con Newsweek en Español