La ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, Elba Rosa Pérez, dio a conocer ante la prensa internacional cómo es su plan para contrarrestar el cambio climático a partir de medidas que le permitan seguir explotando el turismo, pero de una manera sostenible.
Este lunes, en la previa de la Feria Internacional de Turismo (FitCuba) en Varadero, la funcionaria explicó que para alcanzar ese fin llevan adelante medidas importantes en términos de infraestructura. Por ejemplo, la demolición de estructuras permanentes sobre las dunas y el incremento de las zonas de sombra en la franja de arena y espacios públicos.
En ese sentido, Pérez aseveró que Cuba tiene «potencialidades» para desarrollar el turismo sostenible, pero admitió que hay varias cuestiones pendientes. Entre ellas están colocar paneles solares fotovoltaicos en techos o estacionamientos y desarrollar una arquitectura bioclimática.
Desde luego, la funcionaria destacó el rol clave de la industria turística para el país (es la segunda actividad, por detrás de los servicios profesionales al exterior), que encuentra su economía limitada por el bloqueo de los EEUU. El turismo aporta el 10% del PIB cubano y emplea a medio millón de personas en el sector estatal, además de otros tantos en el ámbito privado. Por lo tanto, su preservación también debe garantizarse en relación a su impacto comunitario.
Sin embargo, aseguró que puede explotarse de manera sostenible, y que esa estrategia está contenida en el plan «Tarea Vida», una estrategia gubernamental puesta en marcha en 2017 para mitigar los efectos del cambio climático en el país.
De acuerdo a las proyecciones oficiales, Cuba espera recibir 2,5 millones de visitantes internacionales en 2022 y generar unos US$ 1.159 millones.