“Cada vez más cerca del Apocalipsis”. Así lo advierte el ‘Reloj del Juicio Final’, que en el comienzo de este 2025 adelantó un segundo su conteo y se ubicó a “89 segundos para la medianoche”.
Este indicador, creado en 1947 por el Bulletin of the Atomic Scientists (Boletín de Científicos Atómicos), quedó en su marca más cercana al fin del mundo en sus 78 años de historia.
“El propósito del Reloj del Apocalipsis es iniciar una conversación global sobre las amenazas existenciales muy reales que mantienen despiertos por las noches a los científicos más destacados del mundo. Los líderes nacionales deben iniciar debates sobre estos riesgos globales antes de que sea demasiado tarde. Reflexionar sobre estas cuestiones de vida o muerte e iniciar un diálogo son los primeros pasos para hacer retroceder el reloj y alejarnos de la medianoche”, expresó Daniel Holz, presidente del Bulletin of the Atomic Scientists y profesor de la Universidad de Chicago.
Según la investigación del Consejo de Ciencia y Seguridad de la entidad, la decisión de mover el reloj de 90 a 89 segundos para “enviar una señal” a los líderes del mundo y la sociedad, quienes consideraron “no han hecho lo necesario para cambiar el rumbo”.
“Nuestra ferviente esperanza es que los líderes reconozcan la difícil situación existencial del mundo y tomen medidas audaces para reducir las amenazas que plantean las armas nucleares, el cambio climático y el posible mal uso de la ciencia biológica y una variedad de tecnologías emergentes”, indicaron en un comunicado.
Los especialistas explicaron que “el mundo ya está peligrosamente cerca del precipicio”, y que “un movimiento de incluso un solo segundo debe tomarse como una indicación de peligro extremo y una advertencia inequívoca de que cada segundo de retraso en revertir el curso aumenta la probabilidad de un desastre global”.
Entre los puntos que consideraron, se encuentran el riesgo a la escalada de un conflicto nuclear, con el foco puesto en las guerras en Ucrania y Medio Oriente; el cambio climático, con indicadores en aumento como el nivel del mar y la temperatura superficial global; y las enfermedades emergentes y reemergentes que amenazan “la economía, la sociedad y la seguridad del mundo”.
También apuntaron a los “avances tecnológicos que han hecho que el mundo sea más peligroso”, como el uso de inteligencia artificial en operaciones militares. Además, remarcaron a China, Rusia y Estados Unidos por sus “tensiones” en la carrera espacial, “lo que sugiere planes para colocar armas nucleares en órbita”.
Por otro lado, mencionaron que estos peligros se ven “exacerbados” por las fake news, la desinformación y las teorías conspirativas que “degradan el ecosistema de las comunicaciones y difuminan cada vez más la línea entre la verdad y la falsedad”.