Los peces de agua dulce parecen contar con buenas aptitudes para las matemáticas, como ya han demostrado los primates, las abejas o los pájaros, según un estudio publicado este jueves.
Una experiencia llevada a cabo en el Instituto de Zoología de la universidad de Bonn (Alemania) y descrita en la revista Scientific Reports revela que los peces también poseen ese don para la aritmética.
Los vertebrados, y algunos invertebrados, tienen la facultad de distinguir cantidades, algo que es esencial cuando se trata de buscar alimentos, huir de depredadores, elegir una pareja o desplazarse en grupo.
Sin embargo los etólogos aún no han averiguado cómo se produce esta diferenciación numérica.
¿Es una simple estimación a partir de la talla del grupo, o esos animales poseen la capacidad de contar?
LAS PRUEBAS EN PECES
Algunos estudios han revelado que algunos monos, loros, palomas, arañas y abejas eran capaces de procesar una información numérica aislada y resolver operaciones simples.
El Maylandia Zebra, erteneciente a la familia Cichlidae, y la raya motoro (“potamotrygon motoro”), dos especies de agua dulce, fueron elegidos para los tests.
Ocho individuos de cada especie fueron sometidos a centenares de pruebas en grandes albercas específicamente concebidas para poder observar su comportamiento.
El objetivo era que reconocieron el color azul como símbolo de adición, y el amarillo de sustracción.
Los científicos introdujeron en el agua tarjetas con un número determinado de formas de color azul o amarillo, y luego dos puertas deslizantes, cada una con una tarjeta con otra cantidad de formas. Solo una de esas puertas era la correcta.
RECOMPENSA ALIMENTICIA
Al mostrarle una carta con tres formas azules, es decir el color que indicaba una adición, el pez tenía que nadar hacia la puerta asociada a una tarjeta con cuatro formas azules.
Por el contrario, una tarjeta con cuatro formas amarillas significaba que debía orientarse hacia la puerta asociada a una tarjeta en la que había una forma menos.
Si los peces franqueaban la buena puerta, lograban una recompensa alimenticia.
La Maylandia Zebra necesitó más tiempo para llevar a cabo el ejercicio que la raya. Para ambas especies, la adición fue más fácil que la sustracción, precisa el estudio.
Este estudio podría explicar porqué ambas especies son capaces de reconocer a sus congéneres por su apariencia, por ejemplo contando sus rayas o manchas, sugieren los científicos.
Publicado en cooperación con Newsweek en español