Tiene 430 mil metros cuadrados, con solo 1.5 km de largo y medio kilómetro de ancho. A primera vista, parece una isla idílica con bosques y rodeada por el mar azul cristalino, sin embargo ha sido catalogado como uno de los lugares más peligrosos del mundo.
Se trata de Ilha da Queimada Grande, más conocida como «Isla de las Serpientes», enclavada frente a la costa de San Pablo, frente a la costa de Brasil, en el Océano Atlántico.
De acuerdo a algunos biólogos y especialistas, este paraíso donde los humanos están prohibidos es el hogar de miles de serpientes altamente venenosas que gobiernan el territorio. La realidad es que está infestado con víboras cabeza de lanza dorada, una subespecie particular de serpiente endémica de la isla y que no se puede encontrar en ningún otro lugar del mundo.
En un programa de Discovery Channel aseguraron que se estima que la proliferación de estos reptiles llega al punto de encontrarse uno por cada metro cuadrado.
Sin embargo, hay personas que se animaron a pisar esta isla traicionera. Ligia Amorim es estudiante de doctorado en la Universidad Estatal de San Pablo, en su Programa de Biodiversidad, y visitó más de 40 veces la isla para realizar investigaciones desde 2014. Amorim dijo a Newsweek que la isla tiene la segunda densidad más alta de serpientes en el mundo, solo superada por Isla Shedao, en China.
“La densidad de víboras en la isla es de aproximadamente 2.000 cabeza de lanza dorada, que es un número considerable teniendo en cuenta la superficie de la isla”, dijo.
También es una de las serpientes más venenosas de América Latina. “Su veneno es más potente en comparación con otras del mismo género, y es más potente en las aves, que es su alimento principal», agrega.
El veneno de estos reptiles puede matar a una persona en menos de una hora, excepto que sea tratado de inmediato con un suero antiveneno. Y en un lugar tan remoto, a 145 km de la tierra, está claro por qué los humanos tienen estrictamente prohibido poner un pie en su hogar: nunca llegarían a tiempo al hospital.
Amorim dijo que si bien el desembarco está estrictamente prohibido en la isla, los investigadores o la Marina pueden realizar el desembarco, solo con autorización legal.
Publicado en cooperación con Newsweek