Durante su sesión de este último jueves, el Senado aprobó la cesión de los terrenos de los bañados del Río Dulce y la famosa Laguna de Mar Chiquita, propiedad de la provincia de Córdoba, al Estado nacional para que se conviertan en el nuevo Parque Nacional Mar de Ansenuza.
Se trata de un predio de 475.477 hectáreas que incluye una gran área de humedales de características únicas en el mundo, ya que es el mayor lago salado de Sudamérica y el quinto en el planeta, con alrededor de 1.000.000 hectáreas de extensión total.
Su nombre, Ansenuza, hace referencia a una diosa del agua de las leyendas populares argentinas, que vivía en un palacio de cristal y que salvó a un joven guerrero que había llegado malherido hasta su laguna, que se volvió salada; la deidad le permitió flotar y el muchacho se convirtió en flamenco.
Según aseguran, esta área natural protegida será clave en dos aspectos: por un lado, como espacio de conservación; por el otro, en un nuevo escenario para el turismo de naturaleza, con infraestructura para asimilar visitantes de manera sustentable.
INICIATIVA SOSTENIBLE
En particular, este nuevo parque nacional es considerado un área de gran importancia para la preservación de una gran diversidad de aves. De hecho, alcanzó el reconocimiento de la Convención Ramsar como Humedal de Importancia Internacional, y fue incluido en la red de Lagos Vivientes.
Por ejemplo, allí se resguardan tres especies de flamencos sudamericanos, lo que lo convierte en uno de los 14 sitios prioritarios para la Conservación de Flamencos Altoandinos en el Cono Sur.
Pero los expertos aseguran que en Ansenuza se concentra el 66% de todas las especies de aves migratorias y playeras del Argentina; casi el 36% de la avifauna del país (380 especies registradas); y el 85% de las 447 especies de aves registradas en Córdoba.
Tras la votación, la presidenta de la Comisión de Ambiente, Gladys González (Juntos por el Cambio), explicó que “la decisión de hoy significa más empleo, especialmente, relacionado al turismo de naturaleza”. “Esto nos va a permitir a los argentinos hacer turismo en nuestros parques. Y, para los ciudadanos del mundo, ver la posibilidad de conocer que tienen la oferta de este tipo de turismo”, agregó.
Por su parte, la vicepresidenta de la Comisión de Turismo de la Cámara Alta, Ana María Ianni (quien además es guía turística en Parque Nacional Los Glaciares, en El Calafate), sostuvo que “esto representa valor importantísimo para las comunidades”, y añadió: “Es el trabajo en conjunto que implica lograr licencia social para avanzar estos proyectos. Teniendo siempre en claro el mandato del Perito Moreno: proteger y conservar para que las generaciones futuras puedan disfrutar de estos parques nacionales”.
MÁS Y MEJORES ÁREAS
La aprobación de la cesión para el nuevo parque nacional en Córdoba no fue la única iniciativa votada por el Senado en este sentido.
Buscan la laguna de Mar Chiquita o Mar de Ansenuza se convierta en un polo de tracción para el turismo de naturaleza, pero de un modo sostenible (Foto: Agencia Córdoba Turismo)
La Cámara Alta aprobó también la transferencia de un inmueble ubicado en la ciudad de Diamante, en la la provincia de Entre Ríos, para sumar al Parque Nacional Pre-Delta, del Estado Nacional. Así, se amplió ese predio para la instalación de los guardaparques.
Y, por otra parte, se aprobó y giró a Diputados la creación del Parque Nacional y Reserva Nacional Laguna El Palmar, de la provincia de Chaco; y la aceptación de la cesión de inmuebles para la creación del Parque Nacional Aconquija, en Tucumán.
LA ATLÁNTIDA ARGENTINA
Las aguas del Mar de Ansenuza sufrieron fuertes crecidas, al punto que en 1977 se produjo una inundación que dejó sumergida la ciudad de Miramar de Ansenuza y una gran cantidad de pequeñas islas en las que las aves formaban sus nidos.
Hubo que mudar la ciudad completa, pero la estructura de la vieja urbe (las casas y numerosos hoteles y hospedajes) todavía asoma sobre la línea del agua, que detuvo su avance en 1981, configurando su paisaje tan particular.
Pero la inundación también hizo disminuir el nivel de salinidad de las aguas, lo que permitió la renidificación de las aves y la proliferación de la fauna acuática, especialmente de pejerrey, así como el arribo de los dorados provenientes del río Dulce, lo que convierte al lugar en un epicentro para la pesca deportiva.
