Un informe de la correduría de seguros Aon cuantificó el impacto económico de las catástrofes naturales a lo largo de 2022, el cual habría sido de nada menos que US$ 313.000 millones en todo el mundo.
El sector asegurador a nivel global debió cubrir pérdidas por US$ 132.000 millones, lo que se calcula que es un 57% más que la media de lo que va del siglo XXI. Y aunque el año pasado aumentó la cantidad de catástrofes (al menos 421 eventos, frente a una media de 396 desde 2000, incluyendo más huracanes e inundaciones), el «déficit de protección» es de los más bajos registrados, en torno al 58%.
Citado por Reuters, el responsable de información sobre catástrofes de Aon, Michal Lörinc, afirmó: “Fue relativamente bajo debido a que muchas de las catástrofes más costosas se produjeron en países con mercados de seguros maduros, como Estados Unidos o Europa, mientras que las pérdidas en regiones menos cubiertas, como Asia, estuvieron muy por debajo de la media”.
De hecho, el 75% de las pérdidas globales aseguradas se produjeron en EEUU con el huracán Ian, que azotó Florida en septiembre de 2022, causando daños que se sitúan en un rango de entre los US$ 50.000 y los US$ 55.000 millones de un total de pérdidas económicas de US$ 95.000 millones.
En ese sentido, enfatizaron que el huracán Ian es la segunda catástrofe natural más cara a la que se ha enfrentado nunca el sector asegurador.
A nivel global, las catástrofes naturales provocaron la muerte de unas 31.300 personas, y estiman que dos partes de estos decesos están vinculados a ñas olas de calor en Europa, verificada entre junio y julio.
Finalmente, el informe señala dos casos particulares. Por un lado, el de Australia, donde las inundaciones por el fenómeno de La Niña generaron pérdidas récord de US$ 4.000 millones; y, por el otro, Pakistán, donde las precipitaciones por la estación monzónica (entre julio y septiembre) registraron un 175% más de agua caída que la media.
