Una misión científica apoyada por la ONU descubrió uno de los mayores arrecifes de coral del mundo frente a la costa de Tahití.
Los corales, en forma de rosa, ocupan más de tres kilómetros a profundidades de entre 30 y 65 metros. Los primeros indicios sugieren que su profundidad los ha protegido del blanqueo causado por el calentamiento global.
“Fue mágico presenciar los gigantescos y hermosos corales rosa que se extienden hasta donde alcanza la vista. Era como una obra de arte“, dijo Alexis Rosenfeld, fotógrafo francés y fundador de la campaña 1 Ocean, que dirigió la misión de buceo.
El hallazgo del arrecife a tanta profundidad es muy inusual, ya que la gran mayoría sólo descienden hasta unos 25 metros.
Este descubrimiento sugiere que hay muchos más arrecifes de gran tamaño a más de 30 metros de profundidad. En lo que se conoce como la “zona crepuscular” del océano, que simplemente desconocemos”, declaró la Unesco.
Durante esta expedición, solo se exploró una pequeña parte de la costa. “Es bastante excepcional observar este campo de coral hasta donde alcanza la vista a estas profundidades. Con especímenes que pueden alcanzar los dos metros de diámetro y que no muestran signos de estrés o enfermedad”, comentó la doctora Laetitia Hédouin.
Se tiene planeada una segunda fase de exploración en los próximos meses. El objetivo es continuar la caracterización del arrecife, delimitarlo y mapearlo.
Estas dos misiones estarán disponibles para el público en general en forma de una producción fotográfica y un documental codirigido por John Jackson y Roberto Rinaldi, ambos compañeros de exploración del Comandante Cousteau.
Esta expedición forma parte del plan de la Unesco para cartografiar el océano. Los arrecifes de coral son una importante fuente de alimento para otros organismos.
Por lo tanto, su ubicación puede facilitar la investigación de la biodiversidad. Los organismos de arrecifes pueden desempeñar un papel importante en la investigación medicinal y los arrecifes también pueden proporcionar protección contra la erosión costera y tsunamis.
Hasta la fecha, muy pocos científicos han podido localizar, examinar y estudiar arrecifes de coral a profundidades superiores a 30 metros. Sin embargo, la tecnología ahora permite realizar inmersiones más largas a estas profundidades.
En total, el equipo hizo unas 200 horas de buceo para estudiar el arrecife y pudo asistir a la colocación de corales. Se planean más inmersiones en los próximos meses para continuar la investigación alrededor del arrecife.
Cada año, hasta 2030, se llevarán a cabo expediciones a través del océano para dar testimonio de sus activos para la humanidad. Así como las amenazas a las que se enfrenta, pero también las soluciones que podemos proporcionar.
Publicado en cooperación con Newsweek México
