De acuerdo a lo afirmado por el investigador del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia, Mauricio Cárdenas, Latinoamérica emitió unos 3.000 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera a lo largo de 2020, año en el que la actividad fue menor como consecuencia de la peor fase de aislamiento por el COVID-19.
Durante el seminario web titulado “Políticas para el cambio climático en Europa y Latinoamérica: ¿es posible la colaboración?” (coorganizado por BBVA y el Real Instituto Elcano), el especialista enfatizó que si no se produce un cambio radical, la cifra aumentará a 4.000 millones de toneladas. Eso se traduciría en un alza del 33%, lo que considera un alza “muy considerable” y preocupante.
Pese a ello, admitió que los países latinoamericanos han sido “muy activos” y se han trazado metas “bastante ambiciosas” para reducir las emisiones. En líneas generales, hay coincidencia en que la meta optimista es que en 2030 se logre regresar «a los 3.000 millones de toneladas”.
“Hay unos países más ambiciosos que otros, digamos que las metas son un poco más audaces, por ejemplo, en mi propio país, en Colombia, se plantea una reducción del 34% en 2030, respecto a los niveles de 2016”, contó.
Pero detalló que también hay otros países en esa senda. Brasil y Chile se proponen una reducción del 14% y el 15%, respectivamente, frente a 2016; mientras que Argentina, México o Perú, definen un rango “más amplio” y lo condicionan a tener o no ayudas.
Finalmente, recordó, el abandono del carbón es crucial para reducir las emisiones, empezando por la sustitución de los combustibles fósiles, en especial el lignito, un tipo de carbón mineral altamente contaminante.
