Colombia tramita el envío de 70 hipopótamos a santuarios de fauna en India y México, en una operación que costará US$ 3,5 millones. La acción mitigará los estragos que causa este insólito legado que dejó el narcotraficante Pablo Escobar.
El capo de la cocaína trasladó a su hacienda en Antioquia, Colombia, algunos de estos animales a finales de los años 1980, lo que provocó que la manada se reprodujera sin control ante la impotencia de las autoridades ambientales.
“La operación completa debe costar alrededor de 3.5 millones de dólares”, dijo a la prensa este miércoles 29 de marzo Ernesto Zazueta, propietario del Santuario Ostok en el norte de México.
En ese espacio serán acogidos diez de estos mamíferos. El traslado busca “salvar la vida” de estos animales originarios de África, declarados especie invasora por el ministerio de Ambiente de Colombia el año pasado, lo que abrió la puerta a una eventual cacería.
Según el mandatario de la región donde se encuentra la manada de unos 150 animales, Aníbal Gaviria, solo falta una suerte de “pasaporte de los hipopótamos, que expedirá el ministerio de Ambiente”. La meta es trasladarlos “en el primer semestre de este año”, precisó Gaviria, gobernador de Antioquia.
“A SU SUERTE”
Tras la muerte de Escobar, en un operativo policial en 1993, los animales quedaron a su suerte y han ido poblando la región del Magdalena Medio, una sabana calurosa atravesada por ríos, pantanos y ciénagas.
Gaviria y Zazueta planean atraerlos con cebos a corrales donde permanecerán confinados antes de ser introducidos en guacales especiales para su transporte por vía aérea hacia los santuarios.
“El siguiente paso es la contratación de los aviones (y la) construcción de los guacales (…) Vamos a empezar por la India, después vamos por México”, detalló Zazueta, presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México.
LA CAZA Y ESTERILIZACIÓN
La mayoría, 60 especímenes, irá a un santuario de fauna en India, cuyo nombre no fue revelado. Antes de este plan, el gobierno ensayó un infructuoso programa de esterilización para controlar la población. Expertos y la autoridad ambiental de la zona (Cornare) coincidieron entonces en que cazarlos era “una opción necesaria”, dada la amenaza que representan para la población y la fauna local.
Publicado en cooperación con Newsweek en Español