La pandemia puso el tema en escena. La falta de espacios verdes o al aire libre en el hogar, la necesidad del afuera, los beneficios del ejercicio y la vitamina D para fortalecer el sistema inmunológico y la importancia de la compañía de los animales; nos dieron algunas pautas de lo imprescindible de la naturaleza en nuestras vidas.
“Somos parte de la naturaleza y la salud es una salud: la de los animales, la de la humanidad, y la del medioambiente es una. Hoy, en medio de una pandemia, es importante recordarlo” sostuvo Nilda Cosco, doctora en arquitectura, paisajista de la Universidad de Edimburgo y directora de Programas, Iniciativa del Aprendizaje Natural de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, en una charla organizada para vecinos por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, entre varias pautas para dimensionar la importancia del contacto con espacios verdes.
«El contacto con estos espacios con mayor diversidad en plantas, animales y pequeños insectos, deviene en la prevención de enfermedades como asma y alergias”, explicó Cosco.
En este sentido, la especialista hizo hincapié en la necesidad de la vida al aire libre, cuyos beneficios fueron investigados y demostrados por la ciencia: “Alienta la actividad fisica, que es muy buena para la salud, estimula el sistema inmune, reduce las alergias y la incidencia del asma: está comprobado que los chicos que tienen mascotas tienen menos alergias que los que no tienen contacto ningún animal”, sostuvo, antes de agregar que alivia el estrés y ayuda al funcionamiento de la atención, sobre todo en los niños.
La investigadora presentó el caso conocido como “parque de juegos de Finlandia”, en donde un conjunto de investigadores hicieron un experimento: cambiaron en un espacio de juego el suelo, que era común, y pusieron pasto y plantas. Allí descubrieron que los niños que juegan en esos lugares tenían mejor sistema inmune, detectado en la superficie de la piel y en la flora intestital. “El contacto con estos espacios con mayor diversidad en plantas, animales y pequeños insectos, deviene en la prevención de enfermedades como asma y alergias”, explicó Cosco.
«Los chicos que pasan tiempo al aire libre tienen menos incidencia de miopía», sostuvo la especialista.
La experta señaló además que los chicos que pasan tiempo al aire libre tienen menos incidencia de miopía, según estudios en Australia que se replicaron en China y Singapur, en donde la miopía es casi una epidemia. “El ojo se ejercita más mirando a mayor distancia y por la incidencia de la luz del espectro total, que es distinta de la luz del interior de una casa”, detalló.
Cosco también comentó el caso de la tradición japonesa que devino en una terapia denominada “baño de bosque”. Se halló que luego de “caminar y zambullirse en un paisaje verde” por dos horas, el sistema inmune responde con un incremento de las células “K” que combaten al cáncer en un 56% . Adaptado a la realidad local, la especialista dijo que una caminata de 15 minutos en un espacio arbolado también contribuye a reducir el estrés, la ansiedad y a combatir el insmonio.
En el caso de habitar ciudades o barrios con poco acceso al verde, la experta expusoo el caso del Dr Miyazaki en Tokyo, quien demostró que las flores y los ramos de rosas en ambientes como oficinas modifican el estado de ánimo de las personas, impactando con efectos relajantes fisiológicos y psicológicos.