La reciente sanción del DNU que habilita al gobierno de Javier Milei a avanzar en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional puso sobre la mesa un debate clave: qué esquema cambiario regirá en la Argentina como parte del entendimiento. No se trata de una elección discrecional del Gobierno: será una definición que el FMI impondrá en la letra del acuerdo. Las alternativas que presentan los analistas son: un tipo de cambio fijo,la flotación entre bandas o la flotación administrada, entre otras.
Actualmente, el esquema que rige es el del crawling peg, una devaluación administrada en la que el Banco Central ajusta el tipo de cambio a un ritmo predefinido, actualmente al 1%, buscando dar previsibilidad al mercado y evitar saltos bruscos.
Sin embargo, este mecanismo está bajo revisión, algunos hablan de atraso cambiario y otros de un sistema que no ha permitido acumular reservas de manera sostenida, uno de los puntos de preocupación que el Fondo Monetario pone sobre la mesa.
La flotación administrada, también conocida como “flotación sucia”, es un sistema en el que el valor del dólar se rige por la oferta y la demanda, pero el Banco Central puede intervenir cuando lo considere necesario, comprando o vendiendo divisas para corregir el precio.
La flotación entre bandas se presenta cuando el tipo de cambio se mueve dentro de límites preestablecidos. El Banco Central fija un piso y un techo y actúa para que la cotización no salga de ese rango.
Por último, el tipo de cambio fijo implica mantener un valor determinado y estable para el dólar, sin permitir fluctuaciones.
Para Leo Piazza, asesor y analista económico, titular de LP Consulting, la presión del FMI es evidente: “Lógicamente el Fondo está preocupado por el sistema cambiario, básicamente porque este sistema no acumula reservas”.
Piazza detalla que, aunque el Banco Central compró reservas por 17.000 millones de dólares en una segunda etapa y otros 20.000 millones en la primera, esos fondos se utilizaron para pagar importaciones, deuda, vencimientos de bonos BOPREAL y otras obligaciones. Por lo tanto, no hubo acumulación neta de reservas. “Esto al FMI le debe estar haciendo ruido”, advierte.
La incertidumbre creció la semana pasada, cuando surgió la versión de que el gobierno podría pasar a un sistema de flotación por bandas: “Pasó algo que generó incertidumbre, fundamentalmente desde el jueves pasado, donde aparentemente el gobierno estaría pensando en un sistema de flotación por banda, con un mínimo y un máximo”, señala Piazza.
Ese rumor impactó de inmediato en el mercado: “Lo de la flotación, que empezó a ser tema de duda, fue lo que hizo que los fondos money market y los pesos disponibles buscaran cobertura en dólares. Algunos incluso aprovecharon para tomar ganancias”.
La aparición del DNU, por otro lado, trajo algo de calma: “El Fondo le dijo a Milei que era una cuestión interna si avanzaba por decreto o por ley, lo que demuestra hasta dónde llega la flexibilidad del FMI. El DNU sale, el mercado se tranquiliza, las acciones suben y el ruido baja”, explica el analista.
Piazza sostiene que la normalización del contexto dependerá de factores que van más allá de lo cambiario: “El contexto se va a normalizar cuando el Gobierno tome el control fundamentalmente político, con el acuerdo con el Fondo Monetario y el manejo de la calle”.
Respecto a lo que pueda imponerse en el acuerdo, Piazza agrega: “Hay que ver cuál es realmente el texto que se firme con el Fondo. Mi sensación es que el gobierno va a seguir con el modelo de superávit fiscal, sin emisión monetaria, va a tratar de que la inflación siga bajando y va a continuar con el carry trade. Si tiene margen, es posible que hasta baje la tasa en el segundo semestre”.
Sin embargo, descarta por completo una flotación libre: “Para mí el gobierno no va a flotar. Si en Argentina hubiera flotación, es evidente que se va el dólar”.
Como escenario probable, ve cierta flexibilización en el dólar blend: “Lo que sí puede pasar es que el dólar blend empiece a flexibilizarse un poco. El Gobierno podría entrar a ver en el MULC cuál es el verdadero precio del dólar como test y, a partir de eso, podría ajustarlo”.
Con 129 votos a favor y 108 en contra, Javier Milei consiguió el apoyo de sus aliados y de los gobernadores para aprobar el DNU que autoriza al Gobierno a avanzar en un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. La aprobación, aunque llegó con lo justo, se logro sin que se conocieran los detalles del entendimiento que llegarían tras la aprobación del decreto.
Caputo prometió que el acuerdo no implica un salto devaluatorio: “Lo que hagamos nosotros no va a afectar a la gente. Pusimos la macro en orden y estamos capitalizando el BCRA para que cuando liberemos no haya problemas. Cuando liberemos no habrá salto devaluatorio” dijo. Aunque tampoco preciso montos, las consultoras privadas hablan de entre 15.000 y 20.000 millones de dólares que llegarían, no solo por parte del FMI, si no de otros organismos de financiamiento.
Mientras Milei festeja, el mercado acompaña con alivio ante la expectativa de la llegada de fondos frescos, aunque sin dejar de mirar de cerca qué pasará con el esquema cambiario que finalmente se imponga.