El último informe del Índice General de Actividad (IGA) de la consultora Orlando J. Ferreres & Asociados reveló que, si bien la economía argentina mostró signos de crecimiento en los últimos meses de 2024, el balance anual arrojó un resultado negativo en promedio. De acuerdo con el informe publicado, la actividad económica registró en diciembre un aumento del 4,6% en comparación con el mismo mes de 2023. No obstante, el acumulado del año cerró con una contracción del 2,9%.
Según la consultora, la economía logró un fuerte repunte en diciembre, impulsado en parte por la baja base de comparación de diciembre de 2023. Además, la serie desestacionalizada confirmó la mejora al registrar un incremento del 1,3% con respecto al mes anterior. Entre los sectores con mejor desempeño, se destacó el comercio, especialmente en su rama mayorista, así como la intermediación financiera. Sin embargo, la construcción continuó mostrando dificultades y cerró el año con un resultado negativo significativo.
Desempeño sectorial: contrastes en la actividad económica
El análisis por sectores reflejó un panorama heterogéneo. Según el informe, la agricultura y la ganadería experimentaron un crecimiento del 15,1% en diciembre, con una expansión acumulada del 35,4% a lo largo de 2024.
Este desempeño fue impulsado por una mayor actividad en el sector agrícola y un incremento en la faena bovina. No obstante, se advirtió que las perspectivas climáticas podrían afectar negativamente los rendimientos en las próximas campañas, especialmente en el sector maicero.
En este contexto, el Gobierno oficializó la eliminación de retenciones para las economías regionales y una reducción temporal de los derechos de exportación para todos los cultivos hasta junio, justificándolo por el impacto de la sequía y la caída de los precios internacionales. Aunque el Ejecutivo sostuvo que la medida refuerza la política oficialista de alivio fiscal, los analistas señalan que su verdadero objetivo es acelerar la liquidación de exportaciones para evitar especulaciones cambiarias en un contexto de críticas a la apreciación del peso.
Por otro lado, la industria manufacturera creció un 4,5% en diciembre, aunque en el acumulado anual registró una caída del 6,2%. Dentro de esta actividad, el sector aceitero tuvo un desempeño destacado, al igual que la producción de maquinaria y equipos, incluyendo la industria automotriz. En contraste, sectores como los minerales no metálicos y los metales básicos continuaron con caídas y no mostraron signos claros de recuperación.
La caída en la construcción, con una contracción del 10,6% en diciembre y una baja del 21,1% interanual, según la consultora, resultó ser uno de los factores más determinantes en la retracción del nivel general de actividad.
Por su parte, el último Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC correspondiente al mes de noviembre mostró una leve recuperación interanual y un crecimiento desestacionalizado. Sin embargo, la mejora no alcanza a todos los sectores. En la comparación interanual, diez sectores presentaron caídas, siendo la Construcción uno de los más afectados con una baja del 14,2%.
En cuanto a la generación y distribución de electricidad, gas y agua, la actividad cayó un 2,0% interanual en diciembre. A pesar de esto, el balance anual de este sector cerró con un leve crecimiento del 0,8%.
El sector de minas y canteras mostró un crecimiento del 5,0% en diciembre, impulsado principalmente por la extracción de petróleo crudo (+11,5%) y gas natural (+8,8%). En el acumulado del año, este sector registró una expansión del 6,6%.
Balance y perspectivas para 2025
El cuarto trimestre de 2024 mostró una recuperación de la actividad del 2,3% en comparación con el trimestre anterior, según la serie desestacionalizada. Sin embargo, el informe de Orlando J. Ferreres & Asociados destacó que, a pesar del repunte de los últimos meses, el promedio anual permaneció en terreno negativo, reflejando el desafío que enfrentó la economía durante gran parte del año.
Respecto a las perspectivas para 2025, la consultora anticipó un panorama más favorable.
Según el informe, «los salarios están recuperándose, impulsando el consumo privado, y el mayor orden macroeconómico alentará mayores oportunidades de inversión productiva». La recuperación de los salarios reales, la estabilización de las variables macroeconómicas y un posible incremento en la inversión privada podrían contribuir a una mejora en el crecimiento.
Además, sectores estratégicos como la agroindustria y los hidrocarburos podrían continuar expandiéndose, siempre que las condiciones climáticas y el contexto internacional sean favorables.
No obstante, la construcción sigue siendo un área de incertidumbre, ya que su recuperación dependerá en gran medida de la reactivación de la inversión en infraestructura y vivienda.
En conclusión, aunque la economía mostró signos de recuperación hacia el cierre de 2024, el balance general fue negativo. La clave para 2025 estará en la consolidación de las mejoras observadas en el último trimestre y en la capacidad de generar condiciones que impulsen el crecimiento sostenido en los distintos sectores de la economía argentina.