La provincia bajo la administración de Axel Kicillof ha decidido no adherirse al plan de blanqueo de capitales impulsado por el gobierno nacional de Javier Milei. Desde la administración indicaron que esta medida no fue contemplada en el proyecto de ley impositiva enviado a la Legislatura provincial, ni tampoco se prevé presentarla.
Esta decisión marca una diferencia significativa respecto a la política de regularización de activos que busca el gobierno nacional, ya que impide a los contribuyentes bonaerenses acceder a todos los beneficios fiscales nacionales asociados al blanqueo. Para quienes hayan participado, esta postura podría derivar en retenciones. En este sentido, la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA) tiene la facultad de exigir el pago de impuestos locales que puedan haber quedado fuera de los registros debido a la falta de declaración de bienes o ingresos.
La no adhesión al blanqueo habilita a ARBA a reclamar impuestos provinciales no tributados sobre lo declarado en el blanqueo de Milei, la decisión permite al organismo tributario provincial mantener el control sobre estos impuestos, a diferencia del esquema nacional que pretende eximir a los contribuyentes de ciertas obligaciones fiscales.
A nivel operativo, ARBA podría obtener información relevante de los contribuyentes que participan en el blanqueo mediante convenios de colaboración establecidos con la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), ex AFIP. Ese intercambio de datos sería fundamental para avanzar en los pedidos efectivos de pago; sin embargo, aún no se ha compartido esa información.
Desde la administración nacional, el propio Javier Milei ha planteado la posibilidad de eliminar dicha información de las bases de datos nacionales, lo que complicaría un eventual acceso a estos datos y en consecuencia el pago de esos impuestos provinciales.
Más allá de estos obstáculos, ARBA aún podría identificar a los contribuyentes bonaerenses involucrados en el blanqueo nacional gracias a la obligatoriedad de los bancos de reportar los números de CUIT de quienes abrieron cuentas especiales de regularización de activos.
El oficialismo celebró el cierre de la primera fase del blanqueo de capitales que permitió al sistema financiero recibir más de USD 20.000 millones en los últimos dos meses. Después de dos extensiones, la primera etapa llegó a su fin durante los primeros días de noviembre.
El ingreso de dólares a las cuentas especiales en los bancos, llevó los depósitos en moneda extranjera a niveles récord, superando el máximo de agosto de 2019. En términos económicos generales, este flujo de divisas por la primera etapa del blanqueo, contribuyó al crecimiento de los préstamos en dólares y permitió al Banco Central aprovechar la oportunidad para incrementar sus reservas netas.