Este martes, el presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Alfredo González, se reunirá con la secretaria de Industria, Flavia Royón, para tratar de entender cómo será el proceso de eliminación de subsidios energéticos para el sector pyme. La funcionaria anticipó que deberán empezar a pagar la tarifa plena, pero la entidad entiende que sería de aplicación gradual.
Lo cierto es que, para González, las micro, pequeñas y medianas empresas están en modo supervivencia, tratando de resistir día a día y sin poder planificar a mediano plazo, ante una macroeconomía cambiante y una pérdida de la capacidad de consumo de la población que empieza a evidenciar, por ejemplo, en una menor compra de alimentos.
En diálogo con Newsweek Argentina, González describió el panorama empresarial de la Argentina, un país que perdió unas 46.000 empresas en la última década.
¿Cómo analiza la capacidad de consumo que tienen los argentinos hoy?
– Desde CAME hacemos un relevamiento de la venta minorista, y en julio vimos que interanualmente han caído, en términos generales, un 3,5%. Pero en los primeros siete meses de 2022 el acumulado es positivo en un 3,8% todavía. Julio fue un mes particular, porque fue el mes de la renuncia del ministro Guzmán y hubo mucho movimiento macroeconómico, y eso hizo que la gran mayoría de las empresas pymes no tuviéramos precios de referencia. Y en muchos casos ni siquiera teníamos producto porque los mayoristas, que son nuestros proveedores, no nos daban la certeza de la entrega de los productos. Fue una situación bastante difícil. En julio, en lo que fue alimentos y bebidas, la baja interanual fue del 6,2%, mientras que intermensualmente, es decir, frente a junio, cayó un 9,5%. Esto es importante, porque denota que la gente se está quedando sin poder adquisitivo por este proceso inflacionario que existe en nuestro país y que a diario se lleva puesta a la microeconomía.
Los datos oficiales muestran una altísima inflación y esa pérdida en la capacidad de consumo. Sin embargo, también se ve un crecimiento en la venta de determinados productos y servicios, desde figuritas hasta recitales. Pero especialmente en julio y en el fin de semana de agosto fue llamativa la explosión del turismo. ¿Hay ganas acumuladas de viajar o, como dicen, “los pesos queman” en los bolsillos?
– Un poco de las dos cosas. El turismo tiene dos condiciones a favor. La primera es que el turismo interno recibió un fuerte impulso del PreViaje (ya ahora se lanza la tercera edición), que generó un boom de consumo. Y la segunda, que por el tipo de cambio estamos baratos a nivel internacional, y nos convertimos en una ventana importante para receptivo regional. Pero hay una tercera, que son los fines de semana largos, y el último fue un caso excepcional, porque hacía 15 días habían terminado las vacaciones de invierno. Los números fueron muy interesantes.
Alfredo González: «Hoy, trazar un proyecto a mediano plazo es imposible, un desafío sobrenatural. Se sobrevive día a día, semana a semana» (Foto: CAME)
Ya terminando agosto, ¿el problema de la falta de precios de referencia y de faltantes de productos está subsanado?
– Sí, son precios de referencia siempre en continuo aumento por este proceso inflacionario, y también por el manejo de la macroeconomía. La economía argentina está concentrada en diez o doce empresas, que son las que generan el precio base en el país. De ahí para abajo, que es todo el sector que representa CAME (mico, pequeñas y medianas empresas), dependemos del movimiento de estas empresas y del movimiento macroeconómico, tan variable en los últimos meses.
¿Ustedes no se consideran parte de los “formadores de precios”?
– No es que nos consideremos o no formadores; no tenemos la capacidad para llegar a serlo. Ni económica ni financiera. En julio hubo empresas grandes que decidieron directamente no trabajar, y no sólo no tener lista de precios, sino literalmente cerrar y no entregar mercadería. Bajo ningún punto de vista una pyme tiene esa opción. Es más, en julio nos tocó todo lo relacionado con el sueldo más el aguinaldo, lo que nos obligó vender casi a ciegas para poder cumplir con nuestras obligaciones, y con la más grande de ellas, que es cumplir con sus trabajadores.
¿Cuál es la situación actual de las pymes?
– De mucha incertidumbre, de gran inestabilidad. Con un escenario raro, de mucho consumo en algunos rubros y en otros, muy poco. Necesitamos tener certidumbre en la macro para poder trabajar en el corto y mediano plazo. Vivimos una situación muy difícil desde el lugar que estamos nosotros: nos cuesta mucho conseguir los productos; y cuando los conseguimos, lo hacemos a un precio diferente cada semana. Y trasladar eso al público muchas veces nos deja afuera del mercado.
¿Cree que las medidas que anunció inicialmente Sergio Massa puede ayudar a ordenar la macro?
– Hay que ver cómo puede aplicar los diez enunciados que hizo. Hace pocos días recién designó a su viceministro, y tiene todo un equipo nuevo, tanto en Economía como en Producción, lo cual hace que nuevamente empiece a girar la rueda. Después hay que ver cuándo se empiezan a implementar en el territorio, y ahí veremos qué efecto tienen. Es imposible hacer futurismo, y menos en la Argentina, donde las cosas cambian día a día. De ahí nace la versatilidad del empresario argentino, que puede acomodarse para salir adelante y poder mantenerse.
Hoy la situación es de supervivencia: mantener la empresa para mantener el equipo de trabajo. Más adelante habrá que pensar en un crecimiento y que eso se convierta en desarrollo. El crecimiento sin desarrollo no tiene sentido ni perdurabilidad. A principio de año, pensábamos que para estas fechas ya estaríamos en un proceso de desarrollo, pero lamentablemente no se dio todavía; por el contrario, estamos en una situación todavía más compleja.
Pero tenemos la esperanza de que el nuevo equipo económico pueda llevar adelante estas primeras diez medidas. Desde la dirigencia gremial empresaria, una dirigencia comprometida con las políticas productivas, y vamos a acompañar toda medida que veamos conveniente.
Una de esas diez medidas tiene que ver con la segmentación de las tarifas para aplicar el nuevo aumento. Según la secretaria de Energía, Flavia Royón, los comercios pasarán a pagar la tarifa plena, sin subsidios. ¿Cómo afectará esa medida a las pymes?
– Realmente no está tan claro todavía. Justamente este martes 30 a las 15 horas tenemos una reunión mixta con la secretaria de Energía para poder explicarle a toda la base de CAME cómo va a ser la quita de subsidios. Entendemos que en esta primera etapa se quita el 20% de subsidio a la energía. ¿Cómo va a afectar? Seguramente los aumentos van a ser trasladados al precio, porque es difícil que las pymes puedan asumir ese costo. Sabemos que se debe arreglar el sistema energético en la Argentina, y también vemos con buenos ojos que se tenga en cuenta a toda la población vulnerable que no pueda pagar. Pero también hay que tener una mirada hacia el sector productivo, porque las pymes también son vulnerables.
Sin hacer futurología, como dice, ¿puede proyectar cómo llegarán las pymes a fin de año?
– Es muy difícil. Si yo en otro país dijera que no sabemos lo que va a pasar la semana que viene, parecería algo gracioso. Pero lamentablemente pasa esto en Argentina.
¿Y cómo hace el empresario para operar con un horizonte tan corto?
– Hoy, trazar un proyecto a mediano plazo es imposible, un desafío sobrenatural. Se sobrevive día a día, semana a semana, con relación a los movimientos macroeconómicos que existen. Por eso es tan importante esa estabilidad que mencionaba. Sin un plan antiinflacionario va a ser difícil seguir resistiendo. Un dato: en los últimos diez años, de 2011 a 2021, hay 46.000 empresas menos. Y eso se refleja en la gran desocupación que hay en el país. Más del 75% de la mano de obra privada en la Argentina la genera el empresario pyme. Por eso nos preocupa y nos ocupa.
