Carlos Melconian habló sobre las medidas que elaboró para el próximo gobierno y explicó que se trata de «un programa de equilibrio general tiene que tener además de macroeconomía, comercio, industria, agro, energía», es decir, «distintos instrumentos de carácter sectorial, de trabajo de infraestructura». Además agregó: «Política social, transporte, reforma del Estado».
En una charla con Marcelo Longobardi en Radio Rivadavia, ironizó: «Queremos ir a un fenómeno rupturista escandaloso, que es recuperar la tabla del dos, 1, 2, 1, 4» y añadió: «Dotar a ese concepto generalista de equilibrio general». Por lo tanto, indicó que «en cada una de las decisiones que se toman, el concepto de equilibrio general es para un país de 45 millones de personas» y aclaró: «No estamos en la carrera política a menos de momento y yendo a buscar el voto por lo que esto no es demagogia».
«Esto salta a la luz cuando con total transparencia nos juntamos con los distintos sectores», remarcó y destacó que «todos traen muy buenas ideas y nosotros intentamos desmalezar lo que se llama ‘equlibrio parcial'», o sea, «tomar lo bueno de esa micro e incluirlo en un concepto de equilibrio general» y «tener la responsabilidad de buscar un diágnostico correcto».
Además, subrayó la importancia de «contar una postura y una visión no dogmática frente a las cosas que decimos si no fundamentadas en eventos económicos» y precisó: «En sintésis, la idea es un programa que devuelva futuro a la gente, un horizonte».
En consecuencia, aseveró: «No es chamullo» y manifestó: «No nos metimos en este quilombo exclusivamente para chapear o porque le encontramos la veta a un negocio».Por lo tanto, marcó: «Queremos dividir lo político de lo económico».
Ante ese esquema, dejó en claro que «el equlibrio general no es dejar contento a todos sino ir viendo cómo se puede lograr esa construcción» y detalló que «a partir de ahí es donde aparecen los pilares, que significa que todos están debajo de un paraguas que es capitalismo occidental que quiere cambiar los incentivos en términos de que el motor del crecimiento y del progreso es el sector privado».
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Acto seguido hizo hincapié en que «estamos dispuestos a hablar con todo el mundo» porque «acá nadie viene a joder a nadie, no vinimos con ideologías» y recalcó: «Está prohibido entrar en los divagues shock vs gradualismo, de la dinámica del ajuste, de los halcones y las palomas».
Luego puso el foco en la necesidad «de tener equipos» y de juntarse con gente que sepa más que uno, debido a que, «si te juntás con mediocres, cuando las papas queman, los llamás y son mediocres». A su vez, consideró fundamental «la simultaneidad», ya que, «la estabilidad macroeconómica del ajuste sin reforma estructural no es sustentable».
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«Y la reforma estructural con 150% de inflación y 2.000 de riesgo no tiene gollete», aseguró y explicó: «Los resultados te ayudan a generar confianza pero no te podés quedar con el resultado, hay que centrarse en la institucionalidad de los cambios».
En una clara referencia a Javier Milei, dejó en claro que «ser pro sistema no es estar entregada a la casta, es que los que vota la gente es a los políticos» por lo que enfatizó: «La pelota la tiene la política».
En conclusión sostuvo que «hay un programa que va a ser puesto a disposición del próximo presidente de la Nación, que lo tiene que hacer suyo» pero «que tiene que tener el deseo de cambiar». Y sin dejar lugar a dudas, sentenció: «Lo que te da autoridad para plantarte es el culo limpio sino pecás una vez acá y cagaste».