Alemania se había trazado la meta de llegar a 2030 habiendo eliminado por completo su dependencia del carbón. Pero la crisis energética fruto de la guerra en Ucrania parece obligar al país a dar un paso atrás.
Hace dos días, Rusia suspendió la provisión de gas a Alemania por tareas de mantenimiento programadas en el gasoducto de Nord Stream, pero el Gobierno de la nación europea teme que sea permanente, teniendo en cuenta las permanentes amenazas rusas. Y más aún pensando en el próximo invierno.
Por eso, el Ministerio de Economía y Protección del Clima, a cargo del verde Robert Habeck, está llevando a cabo un plan de ahorro de energía que, mejor dicho, podría ser considerado un plan de aprovisionamiento de una cantidad excedente de energía, para sortear futuros faltantes.
Ese programa (“Plan de Emergencia para el Gas”) tiene diferentes líneas de acción, y una de ellas es la reactivación de las plantas eléctricas alimentadas a carbón y petróleo, decisión anunciada este martes.
Habeck aseguró, sin embargo, que esto “no afectará” al “objetivo prioritario” de tener una economía con “carbón cero” para 2030, ya que se trata de una iniciativa “temporal”. Permitirá que vuelvan a operar 27 centrales que se encontraban paralizadas, pero con fecha límite el 30 de abril de 2023.
Unas 16 de esas plantas son alimentadas a base de carbón y aceites minerales, las cuales estaban desconectadas de la red principal, pero se resguardaban como reserva para casos como este. Entre todas pueden generar uno 4,3 gigavatios en las de carbón; y otros 1,6 gigavatios en las de aceites minerales.
Las 27 se completan con 11 de carbón que debían dejar de operar en los próximos meses, pero ahora seguirán operando, para aportar 2,6 gigavatios.
En total, Alemania generará allí unos 8,5 gigavatios adicionales para pasar el invierno sin mayores inconvenientes. «Queremos ahorrar gas ahora en verano para llenar nuestros depósitos de cara al invierno,» explicó el funcionario.
COMPLICACIONES
Pero, desde luego, esta estrategia no es de fácil implementación: esas plantas no están preparadas para funcionar ya mismo y, además, requieren una gran cantidad de personal calificado, el cual no abunda, además de la materia prima, que es el carbón.
Esta situación genera un enorme cuello de botella en el plano logístico, de recursos humanos, de insumos y probablemente también migratorio, ya que podrían tener que importar personal desde otros países. Aunque las plantas pueden funcionar desde este jueves, no estarán en condiciones prácticas de hacerlo.
Por eso, como se señalaba, el plan prevé otras líneas de acción. Y entre ellas está la aceleración de la importación de gas natural licuado (GNL), que también es una medida de mediano plazo, dado que no se cuenta con las infraestructuras y la logística necesarias para recibirlo. Vale recordar que el presidente argentino, Alberto Fernández, viajó a Alemania para ofrecer el gas que produce en Vaca Muerta, mientras avanza muy lentamente en el gasoducto para transportarlo.
Entonces, se avanzará también en un programa de reducción del consumo en la industria. De hecho, el Gobierno Olaf Scholz premiará a aquellas empresas que renuncien voluntariamente al consumo de gas durante algunos meses. Desde el inicio de la guerra, Alemania redujo su consumo de gas en un 14%.