Tras los rumores de un potencial colapso, el Credit Suisse, el segundo banco más grande de Suiza y uno de los mayores de Europa, sigue intentando calmar las aguas y despejar dudas para evitar una corrida que lo lleve a correr la misma suerte que los estadounidenses SVB y Signature Bank.
Vale recordar que el viernes pasado SVB se desplomó y fue inmediatamente intervenido por el Gobierno de los EEUU. Al mismo tiempo, y como consecuencia, se cayó también Signature, abriendo la perspectiva de una gran corrida de ahorristas que pueda generar un efecto dominó. Se encendieron la alarmas en todo el mundo ante la perspectiva de cuentas moviéndose desde los pequeños bancos hacia los más grandes, escapando rápidamente de las inversiones de riesgo, lo que afectó a las acciones latinoamericanas y sacudió a Europa.
Crisis financiera: preocupación por el desplome de uno de los principales bancos suizos
Pero Credit Suisse tiene su propia historia: el martes presentó su informe anual de 2022, y en él reconoce “dificultades” y una permanente pérdida de clientes que no estaba pudiendo revertir, como consecuencia de los escándalos de corrupción en los que se vio envuelto. Ese mismo día, perdió un 24% de su valor.
El mayor accionista del Credit Suisse, el Saudi National Bank (SNB), que posee el 9,88% del paquete accionario, anticipó que no puede hacer mucho más por salvar a la entidad, ya que las regulaciones suizas se lo impiden. “No podemos porque superaríamos el 10%. Es una cuestión regulatoria», le explicó a Reuters el presidente del SNB, Ammar Al Khudairy.
Por lo tanto, se especulaba con una intervención por parte del Gobierno suizo como principal alternativa para rescatar a la entidad de una debacle. Y había trascendido que este salvataje podría estar a cargo del Banco Nacional Suizo y el regulador financiero Finma, junto a otros bancos.
Este jueves, el Credit Suisse volvió a intentar bajar el tono y calmar los ánimos: informó que pedirá prestados US$ 54.000 millones al Banco Central de Suiza para apuntalar la liquidez, como estrategia para recuperar la confianza. Es el primer gran banco en pedir un rescate desde la crisis de 2008.
Pero sostuvo que solo lo usará en caso de ser necesario, ya que actualmente cumple con «los requisitos de capital y liquidez impuestos a los bancos de importancia sistémica».
De todos modos, Credit Suisse deberá encarar una profunda restructuración, y JP Morgan asegura que este oxígeno de la banca pública le dará “tiempo” para concretarla. «La combinación de medidas debería ser suficiente para frenar los movimientos negativos en la estructura de capital, ya que el mercado ha descontado el impacto potencial de las presiones de liquidez», explicaron.
Sin embargo, aunque las autoridades afirman que el impacto de esta crisis será moderado, el golpe en las acciones globales ya se ha sentido. Por caso, las acciones asiáticas operaron en rojo, con los capitales volando hacia activos más seguros, como el oro, los bonos estadounidenses o el propio dólar.
Mientras tanto, el banco suizo está avanzando en dos líneas. Por un lado, el consejero delegado de Credit Suisse, Ulrich Koerner, les dijo a sus empleados que no deben creer los rumores, sino centrarse en los hechos, y les prometió acelerar la racionalización de las operaciones. Por el otro, buscan tranquilizar a los clientes en todo el mundo, contándoles sobre esta fuerte entrada de fondos respaldatorios.
(Con información de Reuters)