En el inicio de su discurso en El Calafate, Cristina Fernández de Kirchner reconoció la importancia del PreViaje como política de Estado durante la pandemia, pero propuso que la tercera edición tenga como condición para los empresarios la firma de un acuerdo de precios.
Continuando con sus mensajes a Alberto Fernández respecto a exigir más del sector empresarial, que recibió y recibe ayudas del Estado (había propuesto que Techint fabricara sus chapas y caños en Argentina como condición para ser proveedor del Gasoducto Néstor Kirchner), pidió compromiso por parte de los empresarios hoteleros y gastronómicos.
En ese sentido, sugirió que el empresario del sector que no desee sumarse a un pacto para controlar los precios tampoco pueda participar de los beneficios del PreViaje 3, cuya venta ya está en marcha.
Para sustentar sus palabras, señaló que el turismo fue uno de los rubros que mayor inflación registró en el último año (según el Indec, por encima del 76% en los últimos 12 meses), empujando hacia arriba el índice general.
Antes de iniciar la temporada 2021/2022, el Gobierno de Alberto Fernández convocó al sector a la firma de un acuerdo de precios, que fracasó en esa misma primera mesa de trabajo, porque la industria explicó la imposibilidad de trazar bandas tarifarias para una actividad que no tiene precios de referencia, ya que ninguna habitación tiene el mismo precio que la otra y su construcción tarifaria depende de factores estacionales, fechas, horarios o incluso del revenue. Para no dañar la relación, se suscribió “un compromiso” del sector privado para “ser responsables” y “detectar excesos”.
Las palabras de Cristina Kirchner llegan luego de las palabras de Silvina Batakis respecto al turismo emisivo, que generaron una dura respuesta por parte de la Cámara Argentina de Turismo (CAT).
