El miércoles por la noche Sergio Massa finalmente anunció su paquete de medidas para intentar sacar al país de la profunda crisis económica y política en la que se encuentra. Y aunque las iniciativas de fondo generan cierto consenso, inmediatamente comenzaron a proliferar las críticas de los sectores opositores, pero también desde espacios afines sobre cómo se aplicarán y la falta de medidas de largo plazo.
Ese es el caso del economista Sergio Chouza, titular de Consultora Sarandí, afín al kirchnerismo, quien aseguró que el “Plan Massa” seguramente tenga efectos estabilizadores momentáneos, pero también advirtió: “El anuncio sonó más a un service sobre el ‘Plan Aguantar’ que se fue aplicando a medida que se desataba la crisis financiera y cambiaria”.
En su informe de este jueves, explicó que “el puente de liquidez en dólares que anunció Massa va a alcanzar para cerrar las necesidades de divisas del año” y significa “recargar el tubo de oxígeno”, pero anticipó que no soluciona los problemas de fondo. Vale recordar que el “superministro” prometió liquidaciones por unos US$ 5.000 millones, otros US$ 750 millones del CAF; cuatro recompras de deuda soberana; y otros US$ 1.200 de organismos de crédito, lo que suma unos US$ 7.000 millones en los próximos meses.
Para Chouza, “el riesgo es que la mejora en la foto del stock no cambie la trama de la película”, ya que “el flujo diario sigue mostrando drenaje, y es difícil que se puedan anclar expectativas en el plano financiero”.
Como ancla base y pilar de credibilidad, el economista destaca que se haya ratificado el acuerdo con el FMI, más allá de la devolución de los Adelantos del Tesoro, lo que calificó como una “sobreactuación”.
En cuanto a las tarifas de los servicios, Chouza celebró que (“tres años tarde”) el Gobierno se haya decidido a cambiar el esquema de subsidios que beneficiaban a los más ricos, ahorrando hasta 1 punto del PIB por la eliminación de subsidios a casi 9 millones de usuarios. “Sólo con esto, el Gobierno se garantiza el cierre fiscal para este año y también para 2023”, señala.
Además, eso le permite garantizar la anunciada meta de déficit primario del 2,5% del PBI para este año, e incluso “reforzar la política social sobre fin de año”, tal como lo adelantó Massa.
Sergio Chouza, titular de Consultora Sarandí
Sin embargo, la mayor crítica de Chouza pasa por la falta de medidas de fondo. “¿Qué faltó? Reformas sobre el mercado cambiario. Tiró la pelota para delante, consignando que formará parte de la programación macroeconómica del 2023. Es riesgoso. Más allá del alivio de corto plazo por el ingreso de dólares, seguís vulnerable a shocks sobre la brecha”, afirmó, y señaló que los “trajes a medida” para el agro y otros sectores son “parques sobre el cepo”.
Del mismo modo, subrayó que “tampoco parece haber un programa anti-inflacionario firme”, por lo que todo queda atado a la presunta buena sintonía entre Massa y el empresariado, al que le garantiza no devaluar, subiendo las tasas y ofreciendo un canje voluntario de deuda de corto plazo.
CRÍTICAS AL EQUIPO Y LA VISIÓN
Massa todavía no terminó de anunciar a todo su equipo, incluyendo su viceministro, que debería ser un economista de formación, según los usos y costumbres de la gestión económica.
Pero en la propia dinámica del plan Chouza advierte que se evidencia “la falta de un macroeconomista en el equipo económico”, es decir, de “alguien que mire los equilibrios generales y piense mecanismos para salir de las distorsiones en los mercados”.
En diálogo con Newsweek Argentina, explicó esta observación. “El aporte de un macroeconomista tiene que ver con enfocarse en los desequilibrios generales, armonizar la política fiscal, monetaria, de financiamiento, diaria, pero también con separar la paja del trigo de los problemas que te causan las principales distorsiones en la economía. Porque hay un montón de aspectos que son simbólicos, pero que no te mueven la aguja”.
¿A qué se refiere? “Por ejemplo, la política social: es recontra importante ordenar los planes sociales, hacer una auditoría y recortar todo lo que esté de más, porque puede tener efecto en la opinión pública. Pero después no impacta tanto en lo presupuestario, ni en la macro. Hoy el centro de las distorsiones está en el mercado de cambios, en el cepo, que debía ser una medida transitoria, pero se volvió permanente y se espiralizó, porque llegaste a un 150% de brecha (hoy está en 105%). Son niveles que generan una cantidad de incentivos espurios en los agentes económicos, que se lleva puestas a buena parte de las demás variables. Sobre eso no hubo un anuncio de fondo. Por ejemplo, construyendo un sendero gradual hasta la unificación en equis tiempo”.
Finalmente, y en ese mismo sentido, enfatizó: “Lo que hubo fue ‘aguantamos con este puente de reservas’. Es bienvenido, está muy bien. Con esto se garantiza que aguante. Pero seguís teniendo los mismos problemas de fondo a nivel macro. Y esto un macroeconomista lo ve: tenés a buena parte de la economía tratando de comprarte dólares a $138 y venderlos a $300. Esta es la esencia de la distorsión que tiene la economía argentina”.
