(Reuters – Maximilian Heath) – El paso de un prolongado frente de lluvias en el corazón agrícola de Argentina incrementó los temores de pérdidas productivas en la soja 2023/24 por demoras en su cosecha, dijo el lunes el titular de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Las precipitaciones, que comenzaron el viernes y continuaban el lunes, sumaban un piso de 70 milímetros en la mayoría de las localidades del corazón agrícola argentino, con picos de 140 milímetros en algunas partes, de acuerdo a la BCR.
Estas lluvias se suman a los entre 200 y 400 milímetros de agua que cayeron el mes pasado -por encima de los valores normales-, dificultando el ingreso de máquinas cosechadoras a muchos campos, con el riesgo, con el correr del tiempo, de pérdidas por enfermedades o la maduración de porotos en las vainas.
«Empieza a haber mucha preocupación en la cosecha de soja porque hay muchas zonas que no terminan de secar. Es mucha cantidad de agua», dijo a Reuters Cristian Russo, el titular de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Rosario.
«Todo va a depender de que pase este fenómeno y si tenemos condiciones de secado rápido. Ya veníamos con problemas de los caminos» rurales, dijo el especialista de la BCR, que la semana pasada redujo su estimación de cosecha de soja a 51 millones de toneladas por una ola de calor durante el verano austral.
Sincericidios: los reflejos de Milei, el poder de Karina y los límites del programa
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), las lluvias en la región pampeana terminarán a partir del martes y le seguirán cinco días de condiciones secas, entre soleadas y parcialmente nubladas.
Hasta el jueves, antes del comienzo de las precipitaciones, los agricultores llevaban cosechado el 10,6% del área sembrada con soja a nivel nacional, de acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
AGUA PARA EL TRIGO 24/25
No obstante, lo que son malas noticias para el final de la campaña agrícola 2023/24 son buenas noticias para el ciclo 2024/25, que en Argentina comenzará el próximo mes con la siembra del trigo.
El agua caída en las últimas semanas está dejando reservas de humedad en el suelo muy adecuadas para el comienzo de la implantación del cereal y hasta favorables para la siembra de la soja y el maíz de la próxima campaña, que se produce recién a partir de septiembre, señaló Russo.
«Para un año que se ve con un escenario complicado de agua (por su escasez), poder tener un fenómeno así tiene su parte muy buena», dijo el experto de la BCR, haciendo referencia a las perspectivas de la formación del fenómeno climático La Niña en el Océano Pacífico a partir de junio.
La expresión atmosférica de La Niña en Argentina es de una reducción de los niveles normales de precipitación. Actualmente, se está produciendo una disipación del fenómeno El Niño, que incrementa los patrones de lluvia en las principales regiones agrícolas del país sudamericano.
(Reporte de Maximilian Heath; Editado por Lucila Sigal – Reuters)
