Este viernes el ministro de Economía, Martín Guzmán, se reunirá en Washington con Kristalina Georgieva para definir las nuevas metas del acuerdo con el FMI. Pero mientras el funcionario viaja hacia los EEUU el organismo internacional envió dos fuertes señales de apoyo.
En primer lugar, el FMI mejoró las proyecciones de crecimiento económico de la Argentina para 2022. Ahora prevé que avanzará un 4%, con una inflación prevista en torno al 48%, lo que estaría dentro de las previsiones del acuerdo.
Estos números surgen del informe sobre Perspectivas de la Economía Mundial (World Economic Outlook) difundido este martes en el marco de la Asamblea del fondo en la capital estadounidense.
Además, también mejoró las perspectivas para 2023, estableciendo el crecimiento anual en un 3%, medio punto porcentual por arriba de lo anunciado en enero.
Asimismo, pese a la inflación récord de marzo, el FMI cree como Guzmán que sería la más alta del año y luego iniciaría su descenso. Eso llevaría el incremento anual de precios a un rango de entre el 38% y el 48%. Para 2023, se estima que sería del 42%.
AVAL PARA EL NUEVO IMPUESTO
El segundo de esos guiños no fue directo pero sí importante en términos de política interna. Y tiene que ver con el impuesto a la “renta inesperada” confirmado ayer por Guzmán junto a Alberto Fernández.
Entre las primeras decisiones que tomó el FMI en su reunión de primavera, se difundió un informe sobre el impacto de las deudas en la recuperación global, y allí se recomienda a los Gobierno de todo el mundo estableces impuestos temporales a la renta, sobre sectores que hayan manifestado “beneficios excesivos”. Eso, sostienen, permitiría reducir la carga pública.
Es más, proponen “recuperar algunas de las transferencias realizadas a empresas que no las necesitaban”, en el marco de la pandemia.
Al respecto, el organismo señala: “Los servicios de contacto intensivo, como el entretenimiento, se contrajeron porque la gente se quedó en casa. Pero la producción y exportación de computadoras, software y otros bienes se expandieron a medida que los consumidores gastaban más en electrodomésticos”.
De todos modos, con una visión “distributiva”, el FMI admite que los estados puedan seguir asistiendo a la población y a las empresas que todavía no se hayan recuperado, pero con planes segmentados.
