La notable diferencia del impacto fiscal de la segmentación prevista por Martín Guzmán y la finalmente aplicada por Sergio Massa empieza a tener cada vez mayores variables explicativas. Además del enorme universo de usuarios que no se anotaron en el registro y a los que se les aplicará tarifa plena, el Gobierno también confirmó que se les quitarán los subsidios a los consumos comunes de edificios.
“Estamos contemplando excepciones como comedores, pero no edificios y consorcios”, indicó la secretaria de Energía Flavia Royón, en declaraciones a TN Noticias, en una decisión que seguiría el mismo camino con el agua potable con el consecuente impacto en las expensas.
Se trataba de uno de los grandes interrogantes de la conferencia de prensa del último martes que los funcionarios no supieron responder y que, en diálogo con este medio, reconocieron que era el motivo por el cual recibían más preguntas “de la gente”.
Por otro lado, Royón dijo que shoppings, bancos, comercios y todo aquello que no sea industrial ni residencial también sufrirá una quita de subsidios a partir del mes próximo. En cambio, en el caso del gas no habrá modificaciones tarifarias para el segmento comercial, al menos hasta el momento.
De acuerdo a Royón, el sendero de aumentos informado no sufrirá cambios en lo que queda del año, y confió en que en 2023 los precios de la energía bajen a raíz de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
“El costo monómico prevemos que caiga de 13.000 a 9.000 pesos dijo Santiago Yanotti”, aunque, en concreto, está claro que las metas fiscales del FMI obligarán a un nuevo incremento tarifario, como mínimo, en los segmentos de transporte y distribución.
Publicado en cooperación con Energía Online