La inflación ha hecho que los salarios de los argentinos pierdan poder de compra. Esto no solo afectó al bolsillo, sino también a la alimentación, especialmente en lo que respecta al consumo de carne en el país.
Según un informe realizado por la consultora Equilibra, en 2022 un trabajador formal pudo comprar con sus ingresos 41 kilos menos de asado que hace tres años.
De acuerdo a los datos del Ministerio de Trabajo, a diciembre del año pasado los trabajadores registrados en relación de dependencia tenían un ingreso promedio de $194.175 mensuales. Esto, menciona el estudio, equivalía a 156,7 kilos de asado.
Si bien significó una notable mejora con respecto a 2020, cuando por la crisis generada por la pandemia llegó a equivaler 112,7 kilos. Pero es una caída con respecto al 2019, cuando era de 197,7 kilos.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) señalaron que los salarios aumentaron un 90,4% en 2022, y quedaron por debajo de la inflación anual que fue del 94,8%.
En diciembre de 2022, las carnes y derivados tuvieron un 3% de incremento mensual, siendo casualmente el asado el corte que más subió (5,5%). Le siguieron el kilo de nalga, con un 2,5%; el kilo de cuadril, con un 1,3%; y el kilo de paleta, con un 0,8%.
A la par de esto, la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne (CICCRA) reveló que en enero de 2023, el consumo per cápita promedio se ubicó en 49,6 kilogramos.
Aunque esta cifra es un 4% superior que la de enero de 2022, muestra una caída del 12,3% con respecto a 2019, cuando el consumo promediaba 56,3 kilos por persona. Actualmente, se encuentra en uno de los valores más de la historia.