Martín Rapetti es el director Ejecutivo de Equilibra, una de las consultoras más relevantes del mercado, que en los últimos años se ha distinguido por ser un think tank con economistas de diversos orígenes, pero poniendo sobre la mesa enfoques con una perspectiva social. Como muestra de la diversidad de enfoques, Equilibra está presidida por Diego Bossio, ex titular de la ANSeS durante el gobierno de Cristina Kirchner y actualmente coordinador de la campaña presidencial de Juan Schiaretti.
A la vez, Rapetti es el referente económico del precandidato presidencial Facundo Manes, corolario de una muy relevante trayectoria académica.
“Encarar una dolarización implicaría cambiar todos los depósitos en pesos por dólares, sin que existieran esos dólares. Habría que transformar los depósitos a plazo fijo. Y también vender deuda pública que cotiza al 20% de paridad. Esto implicaría un tipo de cambio de unos $ 1.600 por dólar. A precios actuales sería equivalente a un dólar de ocho veces el tipo de cambio oficial”, resume en un diálogo con Newsweek.
El proyecto de dolarizar utilizando los bonos del Tesoro que tiene en su poder el Banco Central, como lo propone la fórmula que hasta el momento difundió Javier Milei, sería un caso único. “El activo tendría un aumento sustancial de su precio. Esta idea supone una recuperación de la confianza en una forma extraordinaria, que por lo menos es poco creíble”, comenta.
Se resiste a la idea, y cree que no es viable. “Excepto que se produjera una muy costosa hiperdevaluación, peor de la que vivimos en 2001, cuando el dólar pasó de uno a uno a cuatro a uno”.
“Se trataría de un fuerte shock y anticiparía una grave situación social. Haría pasar a la economía argentina por un momento muy traumático”, diagnostica.
Sin entrar en los detalles de implementación técnica, que a su juicio también presenta puntos oscuros, la idea tiene foco en la eliminación del Banco Central. “La supresión del prestamista de última instancia no contribuye a la aspiración a reconstruir un sistema financiero”, acota.
El exministro de Economía Jorge Remes Lenicov, que acaba de publicar un libro con su experiencia en los 200 días en que encabezó el Palacio de Hacienda luego de la salida de la convertibilidad en 2002, recuerda que la dolarización siempre resurge como una opción a la crisis.
“La que estamos viviendo ahora es el último tramo de un esquema que comienza en 2011, cuando en el gobierno de Cristina Kirchner se impuso el cepo, y da nacimiento a un esquema con muchos problemas. Luego, Mauricio Macri no lo supo resolver y ahora, Alberto Fernández no logró establecer una estrategia de salida. Pero ahora estamos en un punto terminal que requiere el cambio de régimen, que logre una desindexación de la economía, corta y rápida”, opina Rapetti.
A juicio del economista, “no se trata de perder las herramientas». «Los argentinos sabemos cómo hacer planes de estabilización macroeconómica; nosotros logramos bajar la inflación y también sabemos que no es sencillo. Se necesita una demanda social de estabilización. Y lograr la voluntad y capacidad política”, resume. Para ello, es indispensable una coincidencia amplia para bajar la inflación que involucre a los dirigentes de todas las fuerzas políticas, como Juntos por el Cambio y obviamente el oficialismo, pero también al sindicalismo, a las empresas, a los líderes de economía popular.
“Una nueva mayoría debe impulsar este proceso, porque, además, se puede tener mala suerte con los planes de estabilización. Pueden ser necesarios varios intentos, y un gobierno de facción cuyo plan fracasa, corre riesgos de supervivencia”, aclara.