El gobierno de Javier Milei ha definido para febrero un paquete de aumentos que afectará a varios servicios esenciales, pero con una característica común: todos se mantendrán por debajo del 2% mensual. Este ajuste, en línea con la estrategia oficial de desacelerar la inflación, apunta a actualizar la tarifa de los servicios públicos sin desbordar el bolsillo. Aunque los aumentos son moderados, hay un factor que incrementará el impacto final en las boletas: la quita de subsidios a los servicios de energía, que afectará a un sector importante de la población correspondiente a los hogares de ingresos medios y bajos.
Uno de los principales cambios se reflejará en las tarifas de energía que estarán acompañados de un ajuste en los subsidios, especialmente para los usuarios de ingresos medios y bajos, quienes verán reducida la bonificación que recibían sobre el precio pleno de los servicios.
Desde febrero, alrededor de 9,5 millones de hogares perderán parte de los subsidios que hasta ahora cubrían una porción significativa de sus facturas. Para los usuarios de nivel bajo (N2), el subsidio será reducido al 65% (desde un 71,2% que se mantenía hasta el momento), mientras que para los de ingresos medios (N3) la bonificación caerá del 55,94% al 50%. Con esta nueva estructura, las facturas de luz y gas incrementarán en mayor medida para estos hogares, aunque los aumentos serán moderados y no superarán el 2% mensual.
Este ajuste en los subsidios se inscribe en una estrategia de menor intervención estatal en los precios de los servicios públicos con el objetivo de equilibrar el gasto fiscal del Estado pero también sin presionar la reducción inflacionaria.
En el caso de la electricidad y el gas, los aumentos de febrero son del 1,5% y 1,6%, respectivamente, y se enmarcan en un plan más amplio que prevé una revisión tarifaria más profunda a partir de abril.
Las empresas proveedoras de gas y electricidad también han presentado propuestas para ajustar las tarifas de transporte y distribución. Sin embargo, el gobierno intervendrá en estas subas y ya anticipó que les pondrá un tope.
El ajuste no se limita a la energía. Las tarifas del servicio de agua y cloacas, proporcionado por AySA, también sufrirán un aumento. A partir de febrero, las tarifas de agua se incrementarán en un 1%, lo que elevará el costo promedio a $22.514 por mes, sin impuestos. La suba variará según el nivel zonal de cada usuario: en el nivel zonal alto, la factura pasará de $26.277 a $26.540, mientras que en el nivel zonal bajo el aumento será más modesto, pasando de $19.175 a $19.367. Este incremento afectará a hogares de casi tres millones de usuarios de la empresa AySA, encargada de brindar los servicios en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.
Otros aumentos en febrero
Si bien las tarifas de servicios públicos son el foco principal de los ajustes en febrero, también habrá aumentos en otros sectores que impactarán directamente en el bolsillo de los ciudadanos.
Uno de los incrementos más relevantes será en las prepagas, que subirán entre un 2,9% y un 3,7%, según el plan de cada empresa. Las principales entidades del sector ya han anunciado los incrementos, en prácticamente todos los casos por encima de la inflación.
Por otro lado, la verificación técnica vehicular (VTV) en la provincia de Buenos Aires también experimentará un aumento importante. Después de un ajuste en enero que llevó la tarifa de $44.175 a $53.819, en febrero el costo se incrementará aún más, alcanzando los $63.463,30, lo que representa un aumento de un 17,9% respecto al mes anterior.
En el ámbito de las telecomunicaciones, los servicios de internet, cable y telefonía móvil también tendrán incrementos. Las empresas de telefonía móvil como Claro y Movistar, por ejemplo, han anunciado un aumento de entre el 2,9% y el 3,6%.
Otro cambio significativo afectará a los empleadores del personal de casas particulares, quienes deberán hacer frente a una actualización en los aportes y contribuciones. Según la resolución de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARBA), estos aumentos variarán entre un 22% y un 64%, dependiendo de la cantidad de horas trabajadas por la empleada doméstica. En los casos con más de 16 horas semanales, el incremento será de más del 64%, lo que podría generar una mayor carga para aquellos empleadores que contratan este tipo de servicios.
Por último, los contratos de alquiler también sufrirán una fuerte actualización en febrero. Aquellos contratos que se rigen por el índice de contratos de locación (ICL) verán un aumento del 174,4%, lo que representa un ajuste considerable.
No obstante, se observa que este aumento es inferior al de enero, que fue del 190%, lo que implica una desaceleración en el ritmo de los aumentos producto de la baja en la tendencia inflacionaria.
Febrero será un mes de aumentos en varios frentes, con tarifas de energía, agua, telecomunicaciones y otros servicios clave como los principales afectados. A pesar de los incrementos, el gobierno se puso como objetivo mantener los aumentos dentro de un rango moderado, con un tope cercano al 2% mensual, con la intención de continuar con la desaceleración de la inflación. Sin embargo, la quita de subsidios en servicios como la luz y el gas incrementará el costo para los hogares de ingresos medios y bajos, lo que podría generar un impacto directo en la economía de muchos argentinos.