Por José Calero
El presidente quiere modificar la manera en la que el INDEC mide la inflación y cómo se calcula la evolución de los salarios. ¿Cuáles son los cambios? El fantasma de Guillermo Moreno vuelve a posarse sobre el organismo.
La baja de la inflación es el principal activo que exhibe el Gobierno de Javier Milei a la hora de mantener un nivel de adhesión aceptable entre la población. El presidente llegó a vaticinar la posibilidad de llegar a inflación cero antes de que termine el año. Esa opción por ahora es una hipótesis lejana, al comprobarse que al índice de precios al consumidor le cuesta perforar el piso del 4%, sobre todo porque los ajustes en las tarifas empujan el indicador al alza.
El Gobierno necesita poner en caja la inflación para que en algún momento se inicie una recuperación salarial, luego de que la recesión provocó una fuerte caída del poder adquisitivo y provocó más de 140.000 despidos desde que asumió el Gobierno, en diciembre de 2023.
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Por ahora esa recuperación solo se observa en sectores como el agro y la minería, mientras que se demora en actividades que generan mucha mano de obra, como la construcción, la industria y el comercio.
Un organismo clave que comenzó a recuperar credibilidad en el Gobierno de Mauricio Macri y se consolidó en los cuatro años de Alberto Fernández es el INDEC, cuyo titular, Marco Lavagna, viene siendo sostenido por los sucesivos gobiernos. Luego de atravesar una larga noche durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, el organismo encargado de las estadísticas recuperó el rol de referencia para las actividades productivas y los organismos internacionales.
Por eso, cada noticia que anuncia cambios en las mediciones de los precios enciende alertas entre quienes temen que algún gobierno recaiga en la tentación de “meter mano” en los números del termómetro de la economía para adecuarlo a sus necesidades políticas.
EL ANUNCIO DEL INDEC
El titular del INDEC reveló que se está en las pruebas finales de un nuevo IPC, que actualizará la canasta de precios relevados por el organismo.
En la actualidad se relevan 320.000 precios, que surgen de 24.000 comercios. Ahora, la intención es elevar a 500.000 los precios relevados para calcular la variación del índice de precios.
Lavagna quiere comunicar en forma detallada de cuáles serán eso cambios, porque sabe que se trata de una cuestión políticamente sensible. “Lo principal es transmitir confianza a la gente”, señala el funcionario.
La nueva metodología incluirá un cambio en la estructura de la muestra y en la ponderación de los bienes y servicios que se incluyen, ante la actualización de Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHO).
Una de las claves de la actualización es que en hoy se toman como referencia los resultados de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHO) de 2004, y ahora se implementarán los datos de 2018. Lavagna explicó que lo que se busca es ajustar esa canasta clave a los patrones de consumo actuales.
Desde hace un año los especialistas del INDEC vienen trabajando en la nueva canasta del IPC, sobre la base de los resultados de la ENGHO 2018.
La ENGHO, según el INDEC, es la única encuesta que permite tomar la fotografía completa de los hogares argentinos mediante el relevamiento de sus ingresos y gastos.
QUÉ CAMBIA CON EL NUEVO ÍNDICE
El nuevo índice para medir la inflación incluirá una base de datos más extensa:
• Aumenta la cantidad de productos relevados de 320.000 a 500.000.
• Participarán 24.000 informantes.
• Un enfoque en hábitos de consumo más actuales, basados en datos de 2018, y no en 2004 como pasa actualmente.
Los cambios ponderarán el consumo de bienes y servicios para determinar qué peso van a tener esas divisiones que se encuentran dentro del indicador de precios. Cada vez que se realiza, sirve para actualizar los hábitos de la población argentina, lo que impacta luego en los índices de inflación.
EL FANTASMA DE MORENO
El INDEC comenzó a ser intervenido en el final del Gobierno de Néstor Kirchner, y la manipulación de las estadísticas se perfeccionó durante los dos mandatos de Cristina Fernández.
Tras recibir indicaciones de Néstor para que la inflación del 2007 no superara el 10%, Guillermo Moreno asumió como secretario de Comercio Interior y su primera medida fue intervenir el INDEC, lo que hizo con grandilocuencia y rodeado de un ejército de patoteros, muchos traídos del Mercado Central, donde el polémico funcionario ya hacía y deshacía a su antojo.
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Según la investigación judicial sobre aquellos días de oscuridad, Moreno no paró de ejercer el poder desde que se hizo cargo de la secretaría e inició la presión sobre los técnicos que hacían su trabajo en el Indec.
Quería manipular la muestra que se hacía para relevar los precios, pero su búsqueda no pasaba por el trabajo técnico: pretendía saber todos los lugares donde se relevaban los precios para imponer controles y para que el inspector tomara los valores que él negociaba con las cámaras empresariales, pero que la mayoría de las veces no se encontraban en las góndolas.
Clyde Trabuchi, una de las funcionarias del organismo, contó ante la Justicia: “A medida que le comentaba a Moreno cómo levantábamos los precios, se reía. Todo con sorna. En un momento me preguntó si sabíamos que él era secretario de Estado y si entendíamos el poder que él tenía sobre nosotras”.
En esa audiencia declaró que Moreno estaba violento, al punto que le gritó: “Cavallista, antipatria”. Contó que en un rincón de su oficina tenía una pila de papeles: eran sus mentados acuerdos de precios. “Los agarraba y empezaba a gritar: ‘¡Yo quiero saber si todo esto está medido en el IPC!’”, exclamaba mientras reclamaba el detalle de negocios, direcciones, marcas, entre otros datos.
Graciela Bevacqua, la directora de IPC desplazada más tarde, relató otro momento de presión extrema. En 2006, mientras estaba de vacaciones, en su casa recibieron un llamado. Atendió su hija, que en ese momento tenía 14 años. Era la ministra de Economía, Felisa Miceli. De acuerdo con su testimonio, la funcionaria pidió a la niña el teléfono de su madre. “Su hija le dijo Miceli que no lo tenía, dado que tal como sucede en muchísimos hogares, la menor tenía instrucciones de no brindar información personal a desconocidos”, describió Luciani en su alegato. “Fue entonces cuando Miceli empezó a amenazar a su hija: ‘Sabés quién soy yo; lo que te puede pasar. Soy la ministra’”, relató el fiscal.
El desembarco de Moreno y los suyos en los datos se dio sin piedad. Munido del poder que le daba Kirchner y amante de la política del apriete, el secretario desafiaba cualquier secreto estadístico; estaba dispuesto a romper cualquier procedimiento con el propósito de estampar menos de 10% en el índice de precios de aquel 2006. Finalmente, el índice de ese año fue 9,8%.
Beatriz Paglieri fue la mujer que Moreno puso a cargo del INDEC. Se encargó de presionar aún más a los técnicos del organismo. Entre sus obsesiones se encontraban los precios del pan y la lechuga, según testificaron varios empleados.
Por esta intervención, Moreno podría terminar condenado en la Justicia.
LA MEDICIÓN DE SALARIOS TAMBIÉN CAMBIARÁ
El presidente Javier Milei facultó al INDEC a cambiar la forma de medir la variación de los salarios.
El organismo podrá modificar y aprobar una nueva «Metodología para el cálculo del Coeficiente de Variación de Salarios (C.V.S.)».
El indicador sirve para estimar, a partir de la comparación de meses sucesivos, las variaciones de los salarios tanto del sector público como del privado en cada mes, con sus respectivas ponderaciones. Para ello, el INDEC «efectúa una encuesta de periodicidad mensual a un panel de empresas del sector privado y a organismos del sector público del Gobierno Nacional, Gobiernos Provinciales y Universidades Públicas, considerando los salarios pagados sobre puestos de trabajo testigos definidos al momento de la aprobación del Decreto N° 1242/02».
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La modificación dispuesta obedece a que en la metodología actual «no se contemplan los cambios tecnológicos ocurridos desde el dictado del Decreto N° 1242/02, así como ciertas cuestiones vinculadas a la desactualización del panel de empresas sobre el que se realiza la encuesta».
Así, el INDEC actuará sobre dos de los indicadores más sensibles de la economía. Precios y salarios, variables que son claves para garantizar el éxito de cualquier plan de lucha contra la inflación.
Finalmente, como ocurrió en otras oportunidades, los trabajadores del INDEC pidieron ser parte de la discusión sobre los cambios en las mediciones. Aseguran que así se podrá garantizar la calidad de los sistemas de datos, y evitar cualquier manipulación.
La Junta Interna de ATE en el organismo elaboró un proyecto para este tipo de actualizaciones, que pondrán nuevamente a disposición de las autoridades.
“Lo que se va a hacer, independientemente de cambiar o transformar la forma de relevar que se anunció, es actualizar las ponderaciones”, explicó Raúl Llaneza, integrante de la Junta Interna de ATE-INDEC. Y concluyó: “Esta actualización está bien. Se debería hacer cada vez que se hace esta encuesta de gasto; en breve deberíamos estar pensando en la nueva”.