Por Khaleda Rahman, de Newsweek
La vicepresidenta Kamala Harris dio a conocer el mes pasado partes de su agenda económica destinada a reducir el costo de vida, sin embargo, los economistas han cuestionado si podría funcionar o no.
Tanto Harris, la candidata demócrata, como su rival, el expresidente Donald Trump, el candidato del Partido Republicano, buscan ganarse la confianza de los votantes sobre cómo manejarían uno de los principales temas en las elecciones presidenciales de este año: la economía.
Una encuesta de YouGov/Economist realizada entre el 17 y el 20 de agosto entre 1.565 ciudadanos adultos de EEUU encontró que la inflación y los precios eran los temas más importantes para los votantes con un 26 por ciento, seguidos por los empleos y la economía con un 12 por ciento. Si bien la inflación se ha desacelerado, los precios de los alimentos siguen siendo un 21 por ciento más altos que hace tres años.
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Harris esbozó una propuesta para prohibir la especulación con los precios de los alimentos durante un discurso en el estado clave de Carolina del Norte el 16 de agosto, sugiriendo que la codicia corporativa estaba impulsando los precios altos.
«Todos sabemos que los precios subieron durante la pandemia cuando las cadenas de suministro cerraron y fallaron, pero nuestras cadenas de suministro ahora han mejorado y los precios siguen siendo demasiado altos», dijo la vicepresidenta.
Harris también propuso una ayuda de US$25,000 en el pago inicial para ciertos compradores de vivienda por primera vez y un crédito fiscal de US$6.000 para familias con recién nacidos.
En una entrevista con Dana Bash de CNN que se emitió el jueves por la noche, dijo que buscaría implementar políticas para reducir el costo de los bienes en su primer día en el cargo.
«Los precios, en particular de los alimentos, siguen siendo demasiado altos», dijo Harris a Bash. «El pueblo estadounidense lo sabe. Yo lo sé. Por eso mi agenda incluye lo que debemos hacer para reducir el precio de los alimentos, lo que debemos hacer para extender el crédito fiscal por hijo para ayudar a las familias jóvenes a poder cuidar de sus hijos en sus años más formativos, lo que debemos hacer para reducir el costo de la vivienda».
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Cuando Newsweek se puso en contacto con la campaña de Harris para pedirle comentarios, se negó a hacer más comentarios sobre las propuestas de la vicepresidenta para reducir el costo de vida y se refirió a sus comentarios del 16 de agosto en Carolina del Norte.
Trump ha criticado el plan de Harris de prohibir la especulación con los precios como un «plan comunista». «Nunca ha funcionado… Se ha intentado muchas veces. Conduce al mismo fracaso», dijo durante un foro abierto en La Crosse, Wisconsin, el jueves.
Algunos economistas coinciden en que el plan de Harris de prohibir la especulación con los precios no lograría reducir los precios.
William Ruger, presidente del Instituto Americano de Investigación Económica, calificó el plan de la vicepresidenta de «poco realista y peligroso».
Harris «puede intentar hacer desaparecer las fuerzas del mercado, pero siempre habrá consecuencias», dijo Ruger a Newsweek por correo electrónico. «En el caso de los controles de precios, serán la escasez y el surgimiento de mercados negros. Por lo tanto, su plan es a la vez poco realista y peligroso».
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La mejor manera de reducir el costo de vida es que la Reserva Federal «se concentre en la estabilidad de precios mientras el gobierno deja de gastar y regular en exceso», agregó Ruger. «Entonces la economía puede producir más bienes utilizando menos recursos. Desafortunadamente, Washington es adicto al dinero fácil, al gasto y al control, una receta para nuestra situación actual y mayores problemas en el futuro».
Marc Goldwein, director de políticas del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, dijo que no cree que ni Harris ni Trump tengan un plan «para luchar verdaderamente contra la inflación, lo que implicaría reducir los déficits, reducir significativamente los costos de la atención médica y aumentar la oferta en toda la economía».
Si los planes «en última instancia reducen o aumentan las presiones inflacionarias dependerá en gran medida de qué compensaciones apoye cada candidato y si son mayores que los recortes de gastos e impuestos», dijo Goldwein a Newsweek. «Todavía estamos analizando eso y esperando más información de los candidatos».
Justin Wolfers, profesor de economía y políticas públicas en la Universidad de Michigan, señaló que mientras Harris «tiene un plan, Trump no».
«No hay literalmente ningún detalle sobre qué medidas políticas pondrá en marcha Trump para abordar el costo de vida», dijo Wolfers a Newsweek. «Harris ha detallado su enfoque».
Trump ha prometido reducir rápidamente los precios si gana un segundo mandato en noviembre. Su campaña no respondió a Newsweek cuando se le pidió que proporcionara detalles sobre las políticas del expresidente para reducir los precios.
Trump prometió que su gabinete reduciría la inflación en los primeros 100 días de su segundo mandato durante un mitin de campaña en Carolina del Norte el 14 de agosto. «En mi primer día de regreso a la Oficina Oval, firmaré una orden ejecutiva que ordena a cada secretario del gabinete y jefe de agencia que use todas las herramientas y autoridad a su disposición para derrotar a la inflación y reducir rápidamente los precios al consumidor», dijo. «Daré instrucciones a mi gabinete de que espero resultados dentro de los primeros 100 días, o mucho antes».
A principios de este año, el expresidente prometió terminar con los impuestos sobre las propinas de los trabajadores, así como sobre los pagos de la Seguridad Social. «Para ayudar a las personas mayores con ingresos fijos que están sufriendo los estragos de la inflación, no habrá impuestos sobre la Seguridad Social», dijo Trump, y agregó: «Con esta votación, terminaré con esta injusticia».
Wolfers añadió que algunas de las políticas que Trump ha esbozado elevarían el coste de la vida.
«El ejemplo más obvio es que planea aumentar los aranceles sobre todos los bienes importados en un 10 por ciento, y sobre los bienes procedentes de China en un 60 por ciento», dijo. «La investigación económica ha demostrado que los productores, incluidos los productores extranjeros, tienden a trasladar estos aumentos de sus costos dólar por dólar. Por lo tanto, un aumento del 10 por ciento en el impuesto a los importadores conducirá a un aumento del 10 por ciento en el precio que los estadounidenses pagan por todos los bienes importados, así como a un aumento de precios en muchos bienes nacionales que dependen de insumos importados».
Publicado en cooperación con Newsweek
