Alejandro Werner, exdirector del departamento occidental del FMI, charló esta mañana con Pablo Rossi en Radio Rivadavia y sobre la situación actual del país, sostuvo que «más allá de cuál va a ser la estrategia de la política monetaria, si dolarizar o llevar a cabo una estrategia más tradicional, lo que Argentina necesita es un paquete de reformas muy amplio en varias dimensiones«.
En esa línea precisó que «primero en la dimensión fiscal, Argentina no puede transitar hacia una estabilización y un proceso de crecimiento sin un ajuste fiscal importante«. Como segundo punto, señaló la necesidad de «reformas estructurales básicamente para tratar de establecer un proceso de crecimiento de la productividad e inversión en la Argentina: apertura económica, apertura del sector privado, privatizaciones».
Tercero, se refirió al tema monetario y sin dudarlo, aseguró que «Argentina tiene que dolarizar» porque «la opción de tratar de tener una moneda no ha funcionado en las últimas décadas por lo que no vale la pena volverlo a intentarlo». En ese sentido, aseguró que «Argentina de facto ya está dolarizada» y lanzó: «Entonces, por qué no cierra el Banco Central o tiene un Banco Central que cumpla funciones regulatorias y se mueve ya hacia la dolarización».
Luego el entrevistado habló sobre la gestión de Alberto Fernández y consideró que «este gobierno nunca va a comenzar un programa potente, inteligente» y remarcó que «Argentina está desvinculada de la economía internacional». En ese sentido, indicó que «básicamente lo que la ata a la economía internacional es el precio de las materias primas» y agregó que «en el mundo financiero está totalmente desconectada de lo que está pasando en el resto del mundo».
Al analizar la situación de nuestro país, señaló que «la pérdida de los últimos 20 años está a la vista con un PBI per cápita que no ha subido, con una inflación que es la tercera más alta del mundo» y para concluir, marcó que «uno piensa que hasta políticamente podría ser rentable (para el Gobierno) llamar a la oposición para un cierto acuerdo y así avanzar en políticas que la oposición debería estar de acuerdo y que serían buenas para Argentina. Además pondrían al gobierno entrante en diciembre 2023, en una mejor posición inicial que la que se va a encontrar cuando llegue a la presidencia«.
