Luego de la reunión de Gabinete de este miércoles, el ministro de Turismo, Matías Lammens, contó que se encuentra trabajando con su par de Economía, Silvina Batakis, en un tipo de cambio diferenciado para los turistas internacionales que arriban al país.
Esto se debe a que los viajeros se benefician a su llegada de la brecha cambiaria: traen sus dólares en efectivo, los cambian en el mercado informal y se hacen de una gran diferencia en pesos. Mientras se desarrollaba la conferencia, el oficial cotizaba a $135,75, mientras que el paralelo trepaba hasta los $317.
Dicha situación provoca un fuerte desequilibrio en la balanza turística y comercial, ya que los argentinos viajan al exterior con dólares formales (pagos con tarjetas) que debe venderles el Banco Central, mientras que los arribos dejan un número ínfimo de divisas, porque se van al informal.
Al respecto, Lammens contó: “La Argentina necesita los dólares de los turistas. Por la brecha cambiaria; esos dólares no ingresan al BCRA, así que estamos trabajando con la ministra de Economía en un sistema para que los turistas liquiden esos dólares dentro del mercado, para que ingresen al mercado formal de cambio; y para que los puedan cambiar en el Mercado Único Libre de Cambios (MULC). Seguramente en los próximos días va a haber novedades de eso».
Siguiendo esa línea, agregó: “Necesitamos que efectivamente los dólares ingresen. Por supuesto que las medidas apuntan a tener un tipo de cambio diferenciado para el turista: que quien pueda liquidar sus dólares en el mercado formal, a través de cualquier medio, pueda acceder a un tipo de cambio diferenciado que se acerque más al dólar MEP o al contado con liqui».
La gran pregunta en torno a esta posible medida es cuál será el grado de adhesión. Hace más de un año el Gobierno lanzó unas cuestas especiales para turistas internacionales, que le permitían acceder justamente a un cambio diferenciado, pero claramente menor al del blue. Desde su creación no se abrió ni una sola cuenta.
SÍ A CRISTINA
Pero los controles sobre la actividad no terminan allí. Lammens admitió en la conferencia que se hizo lugar a uno de los reclamos de Cristina Fernández de Kirchner en una de sus últimas apariciones públicas.
Durante su discurso en El Calafate, la vicepresidenta comenzó hablando del programa PreViaje como una “muy buena política de Estado” durante la pandemia y la desescalada del aislamiento. Pero advirtió que el turismo interno era uno de los rubros con mayor índice de inflación en los últimos 12 meses, por lo sugirió que aquellos empresarios que deseen sumarse a la tercera edición deban cumplir con un acuerdo de precios.
Gabriela Cerruti, Gabriel Katopodis, Carla Vizzotti y Matías Lammens
La respuesta fue inmediata. El PreViaje estaba listo para salir (de hecho, ya había sido anunciado para iniciar la venta en julio) y se retrasó.
Consultado por ello, Lammens aceptó que la puesta en marcha estaba demorada y que eso se debía a que se estaba implementando un sistema de “control de precios”, tal como lo había pedido la expresidenta.
De acuerdo a los datos del Indec, efectivamente el turismo fue uno de los rubros con mayor inflación, en torno al 75% anual. Pero desde el sector explican que ese alza se debe principalmente a un “reacomodamiento” de las tarifas, luego de estar paralizadas por casi dos años, a causa de la pandemia. Con una demanda retraída, los empresarios debieron competir por una torta más chica y afectada económicamente. Recuperada la circulación de las personas con el impulso del PreViaje (y con las dificultades para viajar al exterior), los precios fueron recuperando terreno.
El Gobierno entiende que esa explicación no es suficiente e intentó establecer a fines de 2021 un “acuerdo de precios”, pero la iniciativa fracasó de manera inmediata ante la negativa de los empresarios. Se firmó entonces un “compromiso de responsabilidad empresarial”, apelando a las buenas prácticas de los hoteleros, gastronómicos y transportistas, y a la regulación del propio mercado.
¿Cómo funcionaría un posible control de precios hoy? La herramienta está en manos del ministerio que dirige Lammens, y es el propio PreViaje: la plataforma tiene registrados todos los ticket de la pasada edición. De este modo, podrían exigir un tope a los aumentos de quienes quieran estar en el PreViaje 3. Pero por el momento no se oficializó cuál será el mecanismo.
