No todo es incertidumbre en la Argentina de hoy. Existe un gran consenso nacional y multisectorial acerca del potencial de la energía como gran esperanza para el futuro del país. Vaca Muerta y algunas de las mejores áreas ventosas del mundo en la Patagonia; una de las mayores radiaciones solares del mundo en Cuyo; el Triángulo del Litio en el Norte, ya no son un proyecto, sino una realidad.
Esto abre enormes horizontes para el país, pero también desafíos, y más aún en medio de un clima electoral con resultado abierto y una economía que no logra hacer pie.
En este marco, este miércoles por la mañana se llevó a cabo la primera edición de las Charlas Newsweek en la Universidad de Palermo, un espacio de análisis, diálogo y debate sobre los temas que realmente impactan en nuestro destino nacional. Y, en esta oportunidad, el título del encuentro fue “Energía y Gasoducto Néstor Kirchner”.
Pablo González, presidente de YPF; y Bernardo Andrews, CEO de Genneia (una de las principales compañías de energía renovable), fueron los protagonistas, con la moderación del editor general de Newsweek Argentina, Silvio Santamarina, y la apertura a cargo de Gabriel Foglia, decano de la Facultad de Negocios UP.
También estuvieron presentes el CEO del grupo Alpha Media, Gabriel Enríquez, junto a otros directivos del grupo; el director de Newsweek Argentina, Claudio Gurmindo; y el equipo organizador de la UP.
BUENAS NOTICIAS Y GRANDES RETOS
Ante un público de jóvenes alumnos de la UP, los directivos de las empresas energéticas brindaron un panorama alentador, no solo para la industria, sino también para el país, que puede encontrar en este sector una herramienta fundamental para equilibrar su balanza de pagos, generar más y mejores empleos y, sobre todo, entregar a la sociedad una visión de largo plazo, “una luz al final del túnel”, como la llamó Santamarina en su introducción.
Andrews contó, por caso, que la industria de la energía renovable puso en marcha en 2011 un proceso virtuoso de crecimiento sostenido, apalancado en la inversión pública y privada. Desde luego, señaló, en los primeros tiempos fueron los pioneros como Genneia los que pusieron los recursos y apostaron a desarrollar parques eólicos o de energía solar. Pero indicó que “hoy es más fácil” porque la energía renovable “es tan competitiva como la no renovable”.
“Ya no es un hobby; la energía renovable es competitiva y no requiere de subsidios”, contó.
Luego fue el turno de González, quien destacó la gran apuesta de YPF a la electrificación, que es YPF Luz, y que ya produce 500 megas, de los cuales 400 megas provienen de la energía eólica. En tanto, el desarrollo más reciente en ese sentido, subrayó es el parque de energía solar El Zonda, en San Juan, que demandó US$ 300 millones.
“YPF tiene que invertir”, enfatizó en relación a la necesidad de avanzar en una transición energética, mientras garantiza reservas de no renovables, sobre todo para producir y para exportar, lo cual redunda en más divisas para el país.
De hecho, hizo un repaso de las condiciones en las que YPF llega “recuperada” al final del mandato de Alberto Fernández y con el potencial de Vaca Muerta, “la segunda mayor reserva de gas no convencional del mundo y la cuarta de petróleo no convencional”.
Balance histórico de YPF: las razones para un año con ganancias récord
Recordó que en 2022 la empresa ganó US$ 2.200 millones (resultado neto) y que el país tiene actualmente reservas de gas por 308 trillones de metros cúbicos (Argentina consume por año unos 41.000 millones); y 16 billones de barriles de crudo (lo necesario para 100 años), con un mundo que en breve migrará plenamente a energías limpias (el objetivo global está fijado para 2050). Mientras, ya se está exportando petróleo a Chile a través de un oleoducto, mientras que el Gasoducto Néstor Kirchner permitirá recuperar en 2024 la soberanía energética (al menos en buena parte).
Y este es, justamente, uno de los mayores retos: el transporte de la energía. González y Andrews coincidieron que pueden y quieren producir más, pero que no pueden hacerlo porque no tienen cómo transportarlo. No solo por la falta de gasoducto y oleoductos o de plantas procesadoras de gas natural licuado, sino también porque en el mundo no hay equipos suficientes para abastecer las necesidades de producción.
Una vez que se generen esas vías de transporte, el panorama será distinto. “En pocos años más la energía va a generar mayores ingresos por exportaciones que el campo”, pronosticó.
En tanto, el titular de la empresa energética estatal (lo es en un 51% por parte del Estado nacional y un 25% de las provincias petroleras) contó que la compañía entró también en el mercado del litio, creando YPF Litio, que incluye la primera planta de fabricación de baterías de litio de la Argentina y la segunda en toda América (el Y-TEC).
EL COSTO DEL FUTURO
El segundo eje surge de un prejuicio establecido y que viene de larga data: ¿la energía verde es más cara que la convencional?
Para Andrews, ya no lo es. Pero probablemente lo haya sido. “Hace 24 años que desarrollo y financio proyectos de energía renovable. Al principio era una cuestión de visionarios. Los proyectos innovadores pueden no ser competitivos en un comienzo, porque alcanzar un estándar lleva tiempo y dinero. Pero hoy es tan competitiva como la no renovable”, opinó.
De acuerdo a su visión, Argentina lo tiene todo para ser una potencia en energía renovable, incluyendo “zonas de radiación solar de clase mundial en el NOA”, “los mejores recursos eólicos del planeta” y “vientos de primer nivel global en Santa Cruz”. Por lo tanto, la clave es generar la sinergia público-privada para desarrollar un sistema de transporte para esa energía.
“Si público y privados podemos hacerlo de forma conjunta e inteligente, va a ser todavía más competitiva. Hoy la Argentina está muy diversificada en materia de energía: tenemos energía atómica, eólica, hidráulica de dos tipos (de paso y en embalses) y solar”.
A esto, González sumó el hidrógeno. El azul, que requiere el uso de gas; y el verde, que se produce con energía eólica. “Es una gran oportunidad”, insistió, y propuso que sea considerado una política de Estado.
En este marco, Santamarina le preguntó a González si la empresa iba a incrementar sus tarifas luego de la devaluación del lunes último. Y el directivo respondió que la construcción del precio es un procedimiento complejo, que implica muchos factores.
“La devaluación impactó en los costos de la producción y de toda la cadena”, sostuvo, y contó que desde el mismo lunes el Directorio de la empresa se encuentra evaluando medidas. “Estamos analizando cómo seguir”, agregó.
Según afirmó, la compañía esperaba un movimiento económico de esta naturaleza luego de las PASO. “Yo sabía que esto iba a pasar”, aseveró, y advirtió que lo importante es construir un precio que permita cubrir los costos de manera sustentable, para garantizar el suministro.
YPF también analiza un aumento de precios tras la devaluación
“De ninguna manera podemos tener desabastecimiento, y para eso hay que hacer los esfuerzos que sean necesarios”, adelantó.
De todos modos, argumentó que el precio final no solo se construye en base al precio del dólar en el país, ya que YPF solo destina al mercado local el 53% de la nafta que produce y el 57% del gasoil. El resto, se exporta. Pero si resaltó que los costos de toda su propia cadena están dolarizados. “YPF explora, perfora, produce, transporta y vende energía”, y todos esos eslabones tienen que ajustar sus precios a las nuevas realidades, además del precio internacional del petróleo como commodity, que hoy va de los 78 a los 84 dólares por barril (en Brent).
Lo importante, explicó, es la sustentabilidad de la empresa. En ese sentido, recordó que YPF “se sacó de encima” dos importantes juicios que hacían pender de un hilo su futuro. Uno de ellos fue heredado de la época de la privatización, cuando el entonces presidente Estensoro compró una empresa estadounidense llamada Maxus, que fue condenada por contaminar un río cercano a Nueva York, antes de que fuera propiedad de la empresa argentina. Finalmente se llegó a un acuerdo y, de acuerdo a su relato, las acciones volvieron a subir. “Todavía falta para recuperar el valor pleno, pero la acción de YPF creció un 300%”, destacó.
LA ENERGÍA DE LAS PERSONAS
Aprovechando el contexto educativo de la charla, Newsweek Argentina les propuso a los invitados contarles a los estudiantes qué buscan las empresas hoy en materia de recursos humanos, qué perfiles son los más demandados y cuáles son las perspectivas de la energía como industria empleadora.
Andrews destacó la importancia de las “carreras duras” y de una fuerte especialización. De hecho, les contó a los jóvenes que la propia Genneia requiere ingenieros ambientales, mecánicos, civiles y eléctricos, pero que además se necesita un fuerte convencimiento de querer cambiar el mundo electrificándolo, porque eso implicará un mayor compromiso y una motivación adicional.
Por su parte, González contó que en su primer viaje a Vaca Muerta vio a un muchacho muy joven realizando el fracking a través de un joystick, y que eso lo dejó marcado en su idea de los recursos humanos y de la necesidad de una fuerte capacitación específica.
Hoy, detalló, YPF emplea a 20.000 empleados directos y 50.000 indirectos, y que todos ellos son capacitados permanentemente. Pero, además, quienes hoy se suman a la plantilla deben poseer una formación mucho más específica, y planteó que las universidades deberían entender estas nuevas necesidades del mercado para armar el diseño curricular.
MENSAJE PARA EL PRÓXIMO PRESIDENTE/A
Como cierre, Santamarina les propuso a los directivos energéticos imaginar una carta para dejar frente al Sillón de Rivadavia para el próximo presidente o presidenta de la Argentina, para ser leída el 11 de diciembre.
“Yo le dejaría una foto de nuestros hijos”, dijo Andrews, y continuó: “Ellos son el futuro, son las generaciones en las que tenemos que pensar. Lo que necesitamos es que deje de haber ciclos, porque la energía requiere una visión de largo plazo, sin importar quién se siente en ese sillón”.
González, con una extensa trayectoria política, que incluye haber sido senador nacional y vicegobernador de Santa Cruz, prefirió eludir las definiciones políticas respecto a un eventual próximo presidente. “Podría escribirle un libro… Pero prefiero decir que creo en un país federal e integrado, que piense en aquel joven fracturando la tierra con un joystick y le permita crecer, formar una familia, progresar, que estudió en una universidad pública (en la Universidad Nacional de Neuquén) y que está pensando en que la energía tiene que ser renovable”, sostuvo.
Y, por último, les transmitió a los jóvenes que la energía va a seguir creciendo, siempre que no cambien sustancialmente las condiciones. Y, en esa línea, contó que ya llevó a la Bolsa de Nueva York el plan de negocios de la compañía para los próximos cinco años, en los que esperan duplicar la producción.