El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) dio a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC), correspondiente a septiembre, y confirmó que fue del 6,2% en relación a agosto, la más baja del tercer trimestre de 2022 (había llegado al 7,4% en julio y al 7% en agosto).
El dato es celebrado por el Gobierno, que enfrentaba una escalada de precios desde la salida de Martín Guzmán de Economía y ante los pronósticos de las consultoras privadas, que proyectaban una inflación cercana al 7%.
El IPC de marzo fue impulsado principalmente por el rubro “Prendas de vestir y calzado”, que tuvo un alza del 10,6% respecto al mes anterior, así como por “Bebidas alcohólicas y tabaco”, que tuvo aumentos promedio del 9,4%.
Le siguen por encima del 6%: “Bienes y servicios varios (6,8%); “Alimentos y bebidas no alcohólicas” (6,7%), que representan el rubro de mayor impacto social; y “Equipamiento y mantenimiento del hogar” (6%).
Dentro de los “Alimentos y bebidas no alcohólicas” se destacaron los incrementos en los precios de verduras, tubérculos, legumbres, aceites, grasas, manteca y frutas.
Más allá de que en la cartera de Sergio Massa se celebre este número como positivo en términos de desaceleración de la carrera inflacionaria, significa una aceleración en la proyección anual. En la comparación entre septiembre de 2022 y 2021, la inflación es del 83%, lo que encamina las cifras hacia el 100% anual en el que coinciden públicos y privados, y hasta el propio FMI.
Uno de los rubros que hasta el momento venía empujando hacia arriba los datos generales era el turismo, que podía verificarse en dos sectores específicos: “Restaurantes y hoteles” y “Recreación y cultura”. En plena temporada baja, los aumentos se han mantenido por debajo de la media, en un 4,8% y 5,2%, respectivamente.