Las expectativas inflacionarias en Argentina registraron en noviembre de 2024 su nivel más bajo desde octubre de 2021. Según el informe de la Universidad Torcuato Di Tella, la inflación esperada para los próximos 12 meses cayó a un promedio del 50,2%, marcando una disminución frente al 54,5% reportado en octubre.
La mediana, que permanece más estable en comparación con la media, se mantuvo en 40%. Este contraste refleja una baja general en las expectativas inflacionarias, aunque sigue habiendo variabilidad en las respuestas de los encuestados.
La inflación esperada a nivel nacional según la medición de noviembre, para los próximos doce meses, es de 50,2% según el promedio y 40% según la mediana.
El estudio revela diferencias entre las tres regiones evaluadas: el Interior del país, el Área Metropolitana de Buenos Aires (GBA) y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
– Interior del país: Registró la expectativa inflacionaria anual más baja, con un promedio del 46,8%, una caída de 5 puntos porcentuales respecto al 51,8% reportado en octubre.
– CABA: Las expectativas en la capital descendieron a 53,8%, lo que representa una mejora significativa de 7,2 puntos porcentuales frente al mes anterior, cuando se ubicaron en 61%.
– GBA: Aunque la baja fue menor, las expectativas pasaron de 57,7% en octubre a 55,4% en noviembre.
Este patrón sugiere que, aunque el panorama es más optimista, las diferencias entre regiones se mantienen, con el Interior presentando las perspectivas más favorables.
El análisis del informe también abarca la influencia de los niveles de ingreso y educación en las percepciones inflacionarias. Durante noviembre, la brecha en las expectativas entre hogares de menores y mayores ingresos se redujo a solo 1,3 puntos porcentuales, una caída considerable si se compara con los 3 puntos registrados en octubre y los 6,7 puntos en septiembre.
“Las expectativas de inflación disminuyeron para los hogares con menor nivel educativo, pasando de 52,6% en octubre a 49,3% este mes. Para los hogares con mayor nivel educativo la variación fue mayor, cayendo de 55,6% a 50,6% este mes”.
Perspectiva a corto plazo: la inflación mensual también baja
Desde mayo de 2023, la encuesta de la Universidad Torcuato Di Tella incluye una medición de la inflación esperada a 30 días, una métrica que permite captar mejor las expectativas inmediatas de la población en un contexto de alta incertidumbre. En noviembre, la inflación mensual esperada a nivel nacional se ubicó en promedio en un 5,21%, una leve baja frente al 5,43% de octubre. En la media, el número fue un 4%, una disminución de 1 punto porcentual respecto al mes anterior, lo que refleja que los encuestados perciben un leve alivio en el corto plazo, aunque sigue siendo un nivel elevado en comparación con estándares globales.
El informe destaca que la mediana suele ser menos sensible a las fluctuaciones inmediatas, mientras que el promedio responde con mayor rapidez a los cambios en las respuestas.
“La mediana de noviembre se ubicó en 40%, mientras que el promedio lo hizo en 50,2%. Ambos, la media y la mediana son indicadores del centro de los datos, de lo que reporta el típico encuestado, pero la mediana suele ser más insensible a cambios de tendencia, por lo que permanece inmóvil en meses consecutivos y da saltos grandes pero infrecuentes. La media, por el contrario, es más sensible a la variación temporal en las respuestas y tiende a moverse cada mes”.
Además, los datos muestran dispersión en las percepciones de los encuestados, lo que evidencia una amplia diversidad en las opiniones sobre cómo evolucionarán los precios. Aunque las expectativas generales han mejorado, hay diferencias entre los sectores.
La caída en las expectativas inflacionarias, tanto a nivel anual como mensual, ofrece un respiro en un contexto donde la alta inflación ha sido una constante en los últimos años. Este descenso en las expectativas recientes está relacionado la tendencia que viene marcando el Índice de Precios al Consumidor, uno de los puntos más importantes del gobierno de Milei que ha logrado una estabilización temporal de algunos precios.
Las expectativas inflacionarias más bajas desde 2021 son una buena señal, pero no necesariamente garantizan una mejora sostenida; las percepciones de los argentinos todavía reflejan un panorama de precios inestable y preocupante. El descenso en las proyecciones a corto plazo puede interpretarse como un indicio de que la población comienza a vislumbrar una leve estabilidad en uno de los problemas más cotidianos para los argentinos.