Luego de la asunción de Luiz Inácio Lula Da Silva en Brasil y el anuncio de sus primeras medidas, los mercados se mostraron a la baja por temor a un aumento del gasto público que ponga en riesgo el crecimiento. Por caso, el real se depreció un 3,8% y la Bolsa de San Pablo se desplomó hasta un 5% en esos primeros días.
Los funcionarios de centro-derecha que ahora forman parte de su coalición de gobierno, como Simone Tebet, tuvieron que salir rápidamente a poner paños fríos y a pedir confianza. Esto dio algo de tregua al ministro de Hacienda, Fernando Haddad, que empieza a imponer su agenda económica.
En ese sentido, sobre el cierre de la semana Lula llevó a cabo su primera reunión de Gabinete, en la que prometió un “crecimiento responsable”, que al mismo tiempo incluya a los sectores que mayores dificultades están atravesando, tal como había prometido en su campaña.
«Es posible que volvamos a crecer con responsabilidad y distribución de ingresos», sostuvo ante los 37 miembros de su Gabinete en Brasilia.
Además, se sumó a los dichos de Tebet, que había declarado que este Gobierno no tenía “pensamiento único”, sino que, por el contrario, tendría múltiples líneas de pensamiento en materia financiera. «No somos un Gobierno de pensamiento único, de filosofía única», insistió Lula.
Y los mercados parecieron responder positivamente: este viernes, el real recuperaba un 1,4% de su valor, mientras que el índice Bovespa avanzaba un 1,4%.
También señalan que fueron clave para llevar tranquilidad la ratificación oficial de que no se consideraba ningún plan para revisar las reformas económicas y que no se intervendrá el mercado de los combustibles.