Por Fernando Heredia, de Energía Online
Con actualizaciones en todos los meses, el 2023 está mostrando una fuerte influencia de los productos y servicios energéticos en la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC). En este caso, marzo tendrá como protagonista a los aumentos en la tarifa del gas natural.
El componente donde ya se sabe el incremento exacto es en el del propio precio del gas, más conocido como Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST), que tendrá una corrección del 28,25% a partir de la Resolución 6/2023 publicada en el Boletín Oficial a principios de año.
El mismo ya se había actualizado fuertemente durante 2022 mediante el proceso de segmentación tarifaria, que avaló numerosas subas que ahora acumulan un alza del 230% desde mayo del 2022.
En este caso puntual, el ajuste tendrá un impacto de alrededor del 15% en las tarifas dado que este componente representa casi la mitad de la factura de gas. Según lo informado por la Secretaría de Energía, se llegó a este número tras proyectar un precio ponderado promedio de 5,22 dólares el millón de BTU, resultante de los 3,5 dólares que se pagan en el mercado local, los 9,91 dólares que se estima se abonarán a Bolivia y los 42,07 dólares por los cargamentos de GNL que vendrán entre mayo y septiembre, aunque finalmente se pagó la mitad de ese valor.
El aumento solo tendrá impacto en la categoría de ingresos altos y los que no se hayan inscripto al RASE, mientras que los usuarios de menor poder adquisitivo no verán modificaciones y los de menores ingresos solamente si superan el umbral de consumo que subsidiará el Ejecutivo.
La parte más preocupante para el conjunto de la sociedad pasa por el segmento de distribución y transporte, técnicamente conocido como Valor Agregado de Distribución (VAD). Este ítem presenta un atraso considerable luego de tres años de subas mucho menores a la inflación y se espera que durante esta semana se anuncie un alza de entre el 70% y el 90%, lo que impactaría más de un 30% en la factura final.
Sumado al alza del PIST, la tarifa final totalizaría un incremento promedio del 50%, pero en comparación con el invierno previo el porcentaje se elevaría cerca del 150%, ya que la segmentación comenzó luego del invierno del 2022 y la actualización del 2023 tendrá lugar antes de la temporada invernal, acumulándose dos aumentos consecutivos.
Otra categoría tarifaria que vendrá con cambios en las facturas será el agua potable, donde los usuarios de ingresos medios de Aysa tendrán que empezar a pagar tarifa plena y los de menores ingresos mantendrán solamente un subsidio del 15%, excluyendo a aquellos con tarifa social.
Finalmente, la nafta aumentará un 3,8% dando por finalizada la primera etapa del acuerdo de Precios Justos, donde todavía se están negociando los porcentajes para el período abril-julio. El escollo pasa por el salto en las principales variables locales que determinan el precio del combustible, que no muestran señales positivas y están lejos de converger alrededor del 3,2% que acordó el ministro para el resto de los productos del programa.
El dólar volvió a pegar un salto, los biocombustibles demandan mayores aumentos producto de la sequía y el dólar soja, y el atraso en la actualización del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono le generan una gran pérdida al Estado que será difícil de sostener.
Publicado en cooperación con EnergíaOnline.com.ar