Por Fernando Heredia, de Energía Online
El ministro Sergio Massa sorprendió a toda la industria al anunciar que “en no más de 30 días espero que estemos licitando la ingeniería del segundo tramo del gasoducto para que no sólo pensemos en abastecer a la Argentina, sino en venderle al resto del mundo el gas y el trabajo argentino”.
La promesa se dio en el acto de la firma de los contratos del primer tramo de la obra en la ciudad bonaerense de Salliqueló, hasta donde llegarán los caños que salgan desde Tratayén, provincia de Neuquén.
“El Estado garantiza que tiene los fondos para sostener esta obra. Esperamos que quienes tienen que hacer la obra cumplan con su parte del contrato y entreguen en tiempo y forma”, destacó en otro importante fragmento de su discurso respecto a las dudas del financiamiento por el encarecimiento que reflejaron las licitaciones, donde se observa un faltante del 40% del total.
Si bien el objetivo prioritario del Gobierno y de toda la industria energética es llegar a inaugurar el primer tramo para junio del 2023 de modo de ahorrar entre US$ 1.300 millones y US$ 2.200 millones en importaciones, en el sector presionaban por tener un escenario de proyección respecto al segundo tramo para poder planificar sus inversiones en el upstream.
Por un lado, la decisión de Massa marca la centralidad que tendrá el área en su gestión y la importancia que le asigna a alcanzar rápidamente excedentes que permitan incrementar las exportaciones de gas.
Por el otro, deja muy mal parados a Martín Guzmán y Darío Martínez que demoraron más de un año entre que anunciaron el llamado a licitación y finalmente lo concretaron. Incluso, pasaron unos cuatro meses desde aquel día que se oficializó “el lanzamiento” del gasoducto con un acto desde Vaca Muerta hasta la firma de los contratos de esta tarde.
Publicado en cooperación con Energía Online