En medio de la puja distributiva actual y en un contexto de altísima inflación, las principales centrales obreras vienen criticando al Gobierno nacional por sus demoras para subir el salario mínimo, vital y móvil, e incluso acusaron a Javier Milei de haber saboteado la reunión del Consejo del Salario.
En ese marco, Milei había asegurado en una entrevista en Radio Rivadavia que el Gobierno no intervendría en las paritarias y que no fijaría salarios por decreto, porque tal cosa estaría en contradicción con los ideales libertarios de la actual administración. «Entonces, no vas a emitir un decreto con el salario mínimo», preguntó Jhonatan Viaje, y el presidente contestó: «Ni se te ocurra. ¿Yo emitir un decreto fijando un precio?…».
Sin embargo, este martes por la mañana Adorni anunció que el Gobierno ha decidido fijar el salario mínimo, vital y móvil en $180.000 (actualmente es de $156.000), y que a partir de marzo será de $202.800.
Este aumento puede traducirse como un incremento del 30% en dos cuotas, frente a una inflación que supera el 20% mensual. Por lo tanto, se trataría de una fuerte pérdida de poder adquisitivo del salario, que suma al 60% que ya perdió en 2023.
Los gremios había pedido una recomposición del 85%, cifra sumamente lejana a la finalmente otorgada por decreto. de este modo, queda abierto un claro frente de conflictividad que podría derivar en un nuevo paro general, tal como lo vienen advirtiendo las centrales obreras y como ya vienen exigiendo las bases sindicales.