El empresario Marcelo Mindlin, presidente de Pampa Energía, una de las mayores empresas de energía de la Argentina, recorrió el yacimiento de Sierra Chata, en Vaca Muerta, y anunció allí que en 2023 invertirá US$ 550 millones para incrementar la producción de gas no convencional.
Pampa Energía es la tercera productora de gas de la cuenca neuquina, y Vaca Muerta es una de las mayores reservas de “shale” gas y petróleo del planeta. El aumento de la producción está directamente relacionado al llamado Plan Gas y a la posibilidad de transportar el gas a Buenos Aires para su distribución y exportación.
Desde luego, esto sucederá una vez que esté concluido el gasoducto Néstor Kirchner, lo cual está previsto para junio del año entrante. «Todo el potencial que hablamos de Vaca Muerta ya se empieza a concretar», afirmó Mindlin ante los periodistas.
Más en detalle, señaló que su empresa invertirá «no solo en pozos, sino también importando un set de fractura porque, para la cantidad de actividad que va a haber en la zona de Vaca Muerta, no alcanzan los sets de fractura que tenemos hoy en el país».
La producción de energía y su transporte son dos elementos clave para que la Argentina pueda reducir su déficit fiscal. La balanza comercial energética arroja un saldo negativo de US$ 6.000 millones en 2022, el cual esperan revertir con el mencionado gasoducto, del cual Mindlin participa como constructor.
En efecto, el empresario es también presidente de Sacde, que ganó la licitación junto a Techint para el primer tramo, hasta Salliqueló, en el oeste bonaerense. Ese segmento garantizaría el transporte de 11 millones de m³ de gas no convencional. A finales de noviembre se inicia la soldadura de los caños, lo que consideró como “la etapa más crítica”.
En Vaca Muerta, Pampa Energía pasó de producir 1 millón de m³ por día en 2016, tras la compra de Petrobras, a 7 millones de m³ en 2021 y a 11 millones de m³ en 2022. Para 2023 se estima que alcanzaría los 15 millones de m³.
