(Entrevista de Liliana Franco, editora de Economía de Newsweek Argentina).
Martin Redrado, economista y presidente de la Fundación Capital, viene trabajando en un programa integral para sacar a la Argentina de décadas de estancamiento. Plantea la necesidad de contar con una batería de leyes que destraben los grandes cerrojos al crecimiento.
N: ¿Por qué Argentina, a pesar de sus oportunidades, acumula fracasos?
-Argentina no ha tenido políticas macroeconómicas consistentes y permanentes que puedan resolver los dos problemas estructurales que presentó nuestro desarrollo en el siglo XX: el déficit de cuenta corriente y el déficit fiscal. Ambos problemas los hemos enfrentado utilizando atajos de política económica: endeudamiento interno, endeudamiento externo o emisión monetaria. El resultado ha sido una creciente tasa de inflación, mayor desigualdad, mayor pobreza y estancamiento económico.
N: ¿Qué necesitamos para quebrar décadas de estancamiento y frustración? ¿Un acuerdo político?
-Para salir de esta frustración es necesario tener un programa de estabilización y crecimiento, que esté respaldado por leyes con mayorías especiales, que nos permitan tener un horizonte de previsibilidad más allá de un período presidencial.
A mi entender, Argentina tuvo en democracia tres oportunidades para poder resolver estos problemas: 1985, 1991 y 2002, bajo la conducción de Juan Sourrouille, Domingo Cavallo y Roberto Lavagna.
En todas ellas hubo tres características centrales:
1) Un programa económico integral en donde el ministerio de economía tuviera la capacidad de llevar adelante y ser responsable de la implementación de todas las variables de política económica. Es importante destacar en este punto la integralidad, no hacer política económica a partir de equilibrios parciales. La política económica debe ser concebida bajo un concepto de equilibrio general y de convergencia de todas las variables económicas que maneja el sector público.
2) Un equipo que trabajara en sintonía, con una visión convergente, con los mismos objetivos de crecimiento, de inflación y de distribución del ingreso.
3) Leyes que respaldaran a estas políticas económicas. En el caso de Sourrouille, la ley del Desagio, en el de Cavallo la ley de Convertibilidad y en el de Lavagna la ley de Emergencia Económica.
N: Defina las políticas centrales que implementaría para salir del estancamiento.
-Más allá de las condiciones ya mencionadas, nuestro equipo de Fundación Capital ha trabajado en una propuesta abarcativa con estas cinco leyes:
- Ley de legitimación de los ahorros de los argentinos.
- Ley de desindexación de gasto público.
- Ley de modernización y simplificación tributaria
- Ley de fomento a las exportaciones.
- Ley nacional de infraestructura.
N: Hace décadas que los argentinos atesoran dólares. ¿Se debe implementar la bimonetización?
-Lo importante es fortalecer la moneda nacional a través de una reducción sustentable de la tasa de inflación.
Con nuestro equipo, estamos trabajando en generar propuestas de incentivos impositivos para que los argentinos puedan volcar los dólares físicos que tienen en nuestro país, en cajas de seguridad o en sus hogares como reserva de valor, al consumo de bienes producidos en Argentina.
La salida es la reducción de la tasa de inflación, el fortalecimiento del peso y generar incentivos para volcar los dólares que están en nuestro país.
N: ¿Sería conveniente dolarizar la economía?
-En primer lugar, es impracticable dado el nivel de reservas. Cuando uno analiza el ratio de reservas netas contra base monetaria da más de 1.000 y más aún considerando depósitos.
Los países que dolarizaron sus economías como Ecuador, Panamá y El Salvador, en todos los casos son países monoproductores (petróleo, servicios financieros y remesas, respectivamente), a diferencia de Argentina.
Además, nuestro país no tiene ni el esquema impositivo, ni regulatorio, ni medioambiental de EEUU, por ende sería un error plantear un campo de juego como ese para el sector privado.
N: ¿Cuál es la mayor dificultad para que Argentina pueda entrar en una economía estable?
-La mayor dificultad es cumplir con estas tres pre-condiciones mencionadas, generar un programa económico de estabilización y crecimiento, con convergencia de todas las variables económicas y tener leyes que lo respalden. Esa es la única manera de darle previsibilidad al sector privado. En definitiva, la mayor dificultad es poder aunar estos tres vectores: plan, equipo y leyes que lo respalden.
N: El gasto público es otro de los grandes problemas. ¿Qué haría con los planes sociales y las jubilaciones?
-La segunda ley que planteamos desde el equipo de Fundación Capital está destinada a desindexar el gasto público, es decir, una reducción nominal de la tasa de crecimiento del gasto, marcando un sendero año tras año. Esto permitiría anclar las expectativas de inflación y poder generar a partir de la conducta fiscal, un acompañamiento con acuerdos con el sector privado, como lo hizo Israel.
Con los planes sociales, hay que darles temporalidad y transformarlos en programas de empleo productivo, de manera que las empresas puedan utilizar el subsidio para capacitar a los trabajadores y reinsertarlos en el mercado laboral.
Conociendo la realidad de nuestro país, muchos trabajadores no van a tener la posibilidad de insertarse y por eso la quinta ley mencionada, la ley de infraestructura.
Este punto lo desarrollo en mi último libro “Argentina Primero”. Para poder crecer al 3,5%, la inversión pública debe rondar 4% del PIB. La meta es alcanzar una tasa de inversión sólida y poder mantenerla en el tiempo.
Se deben establecer las obras públicas clave para mejorar nuestros costos logísticos y así exportar más y mejores productos argentinos.
Así, ubicar las principales obras que Argentina necesita para darle mayor conectividad vial, férrea y de hidrovías, obras que necesitarán de mano de obra con baja calificación.
(Entrevista publicada originalmente en la edición impresa de Newsweek Argentina).