Por Michael D. Carroll, de Newsweek Internacional
La inflación en Estados Unidos, impulsada por el aumento de los costos de los autos usados, las estadías en hoteles y los seguros de automóviles, aumentó levemente el mes pasado, pero se mantuvo muy por debajo de su pico de hace dos años.
Los precios al consumidor aumentaron un 2,7 por ciento en noviembre en comparación con el año anterior, frente al aumento anual del 2,6 por ciento de octubre. Excluyendo las categorías de alimentos y energía, que suelen ser volátiles, los precios básicos subieron un 3,3 por ciento interanual, igualando la cifra de octubre.
En términos mensuales, los precios al consumidor aumentaron un 0,3 por ciento de octubre a noviembre, lo que marca el mayor aumento mensual desde abril. Los precios básicos también aumentaron un 0,3 por ciento por cuarto mes consecutivo.
Los datos de inflación del miércoles del Departamento de Trabajo son el último informe crítico que los funcionarios de la Reserva Federal revisarán antes de su reunión de la próxima semana para determinar la política de tasas de interés. Es poco probable que el modesto aumento de la inflación disuada a la Fed de proceder con un recorte de tasas de un cuarto de punto, ampliamente esperado, según la mayoría de los economistas y operadores de Wall Street.
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La Reserva Federal redujo su tasa de interés de referencia, que influye en varios préstamos a consumidores y empresas, en medio punto significativo en septiembre y un cuarto de punto adicional en noviembre. Estos recortes llevaron la tasa clave del banco central al 4,6 por ciento, una disminución desde su máximo de cuatro décadas del 5,3 por ciento.
Aunque la inflación ha caído significativamente desde su pico del 9,1 por ciento en junio de 2022, los precios promedio siguen siendo aproximadamente un 20 por ciento más altos que hace tres años. Este aumento persistente de los costos ha sido un factor clave en la frustración pública, contribuyendo a la victoria del presidente electo Donald Trump sobre la vicepresidenta Kamala Harris en noviembre.
A pesar de estos desafíos, la mayoría de los economistas predicen que la inflación seguirá disminuyendo el próximo año, acercándose al objetivo del 2 por ciento de la Reserva Federal.
Los funcionarios de la Reserva Federal han enfatizado que esperan que la inflación siga una trayectoria desigual a medida que se acerca gradualmente a su nivel objetivo.
En los discursos de la semana pasada, varios responsables de la formulación de políticas expresaron su confianza en que, dado que la inflación ya ha disminuido significativamente, ya no es esencial mantener su tasa de interés de referencia en su elevado nivel actual.
La Reserva Federal suele reducir las tasas de interés para estimular la economía, con el objetivo de maximizar el empleo sin reavivar la inflación elevada. Sin embargo, la economía estadounidense sigue siendo sólida y creció a una tasa anual del 2,8 por ciento en el trimestre julio-septiembre, impulsada por un sólido gasto de consumo.
Esta fortaleza económica ha llevado a algunos analistas de Wall Street a argumentar que tal vez no sean necesarios más recortes de tasas por parte de la Reserva Federal.
Publicado en cooperación con Newsweek Internacional