Pensado por la artista Marina De Caro como proyecto de largo aliento y en colaboración con Adriana Bustos, Mariela Scafati y Cecilia Garavaglia se acaba de presentar Fondo Fluido, un proyecto económico solidario que vincula a los actores del mundo del arte para ayudar a artistas en emergencia debido a la crisis sanitaria que persiste porque, según dicen sus artífices, «hay que tener conciencia de que estamos en un momento de quiebre y es importante sostener el pensamiento crítico y creativo del arte como potencia para imaginar futuros»,
El sector cultural, en su sentido amplio, es uno de los más afectados por la pandemia que puso al mundo en pausa durante 2020 y prolonga su presencia hoy día. En este contexto de complejidad e incertidumbre se acaban de crear dos iniciativas solidarias surgidas de un grupo de artistas y por fuera de las instituciones.
Para los artistas la movilidad es necesaria para concretar proyectos artísticos, muestras y otras actividades presenciales, propias de la materialidad de gran parte de la práctica, lo cual colisiona con la necesidad sanitaria que requiere evitar la circulación y propagación de las nuevas cepas del coronavirus. En ese marco que tuvo lugar durante el aislamiento social obligatorio del año pasado, las artistas Marina De Caro, Adriana Bustos y Mariela Scafati junto a la gestora cultural Cecilia Garavaglia implementaron el proyecto solidario «Coleccionables de emergencia», que buscaba incentivar la donación de obras de pequeño formato por parte de artistas y su adquisición por coleccionistas, para que el valor de la venta fuera destinado a distintas organizaciones sociales.
En estos días, esas mismas artistas acaban de lanzar Fondo Fluido, una iniciativa destinada a artistas visuales pensada largamente por Marina De Caro, que suma esta idea al de «Coleccionables de emergencia». En ambos casos se garantiza la «transparencia en el manejo de los fondos y el contacto directo entre aportantes, compradores y beneficiarios», según explica Garavaglia.
Este segundo proyecto invita a las galerías de arte y artistas representados por ellas y a personas interesadas a sumarse como «aliades» a la conformación diaria de un fondo económico común destinado a artistas visuales en emergencia y con proyección nacional: «Hace muchos años que vengo con la idea de conseguir dinero para financiar proyectos de artistas con una proyección fuera del mercado del arte, como ser proyectos educativos, sociales o cualquier proyecto de artistas de interés. Más que una idea fue una intuición y algo que siempre estuvo en mi cabeza, casi entre la fantasía y la realidad», cuenta De Caro a Télam.
En el estudio previo sobre las posibilidades de concretar este sueño, la artista tuvo la ayuda de Josefina Alvarez, una joven con estudios de economía y sociología que relevó distintos modelos de este tipo en el mundo. Y así avanzó esta idea que se acaba de lanzar con una entrevista que Eduardo Mallea -miembro de la comisión de Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes y vicepresidente de arteBA- efectuó a De Caro, Alvarez y Garavaglia en el auditorio de la asociación, y que se encuentra disponible en https://youtu.be/dnz_F_hZafk.
«En Fondo Fluido hay un compromiso por sostener el sistema. Es una iniciativa única, porque coloca al artista en el centro del sistema del arte visual que funciona en la vinculación con artistas, coleccionistas y artistas y galerías a partir de un diálogo fluido, de manera independiente lo que permitiría un autofinanciamiento dentro del propio mercado del arte. Eso lo diferencia de los modelos internacionales analizados. La independencia es fundamental para que perdure en el tiempo», relata Álvarez.
El eje de la idea es llegar a los artistas que están en urgencia y que no acceden a otro tipo de financiamiento. «Es una idea de trabajar en cooperación con los diferentes actores y dejar de depender de las ideas generosas de los artistas únicamente, sino establecer un espacio de cooperación y otra economía solidaria y afectiva que pueda resolver las urgencias de este momento concreto de pandemia. Sin embargo es un proyecto bastante largo», expresa De Caro.
A su vez, aclara que «no todos los artistas están dentro del mercado y el sistema se alimenta de toda la construcción y fuerzas creativas que pulsionan, se venda o no, y que hacen crecer al sistema constantemente», a lo que agregó la importancia de la visión solidaria y estar activos «sobre todo en este momento en que necesitamos ideas creativas y que no sabemos en qué quedará nuestra tradición del sistema del arte».
«Con la pandemia volvió esta idea pero con la necesidad de cubrir necesidades urgentes de artistas, y pasada la pandemia, sí dirigirlo a proyectos de artistas que alimentan al sistema del arte por su interés, pero que quizás están al margen del mercado», indica De Caro.
«La idea fue finalmente hacer un fondo solidario de ayuda que surja de la cooperación de los diferentes actores del sistema del arte: galeristas, artistas, coleccionistas. Hay que tener conciencia que estamos en un momento de quiebre y que es importante sostener el pensamiento crítico y creativo del arte como potencia para imaginar futuros», amplía.
Para ir concretando el lanzamiento del proyecto, las gestoras hablaron con galeristas y la Cámara Argentina de Galerías de Arte Contemporáneo (Meridiano) junto a Alvarez, y ambas trabajaron en un esquema viable. «Era difícil encontrar un sistema de gestión y administración, y finalmente fue junto a Coleccionables de Emergencia que terminamos de darle forma, ya que teníamos un sistema de trabajo muy transparente en cuanto al manejo de los aportes de dinero a las organizaciones sociales», explica De Caro.
Fondo Fluido ensaya «otros vínculos posibles dentro del sistema de las artes visuales, nuevos modelos de asociación y colaboración entre lxs diferentes actores de esta comunidad». señala Garavaglia. Y acota que el fondo económico común para artistas visuales «es una construcción en movimiento para responder a las necesidades de los artistas, vinculadas a la vivienda, la salud, los cuidados y otras situaciones inesperadas», indica.
Ambos proyectos son diferentes: «La diferencia con Fondo Fluido es que es un aporte que hacen las galerías de arte aliadas, por lo cual si no hay ventas no hay dinero para el fondo», señala.
Al vender la obra la galería y el artista donan un 10% (como mínimo) de esa venta, y es la galería la que acuerda el porcentaje que pone cada uno», explica Garavaglia.
«Necesitamos que la gente compre para que también todo fluya, que la galería reciba dinero para poder sostenerse, el artista para poder seguir produciendo y de eso surge un dinero para ayudar al que lo necesita, dentro del mundo de las artes plásticas», explica.
A medida que se vaya recaudando dinero, van a realizar una convocatoria donde los artistas aspirantes tendrán que cumplimentar algunos requisitos. A su vez aseguran que se mantendrá la confidencialidad de quien recibe el aporte (que será transferido por la galería), y el comité de selección estará conformado por galeristas, artistas, y alguien de la gestión cultural.
Algunas de las galerías y artistas que se sumaron al proyecto por el momento son Ruth Benzacar con De Caro y Ernesto Ballesteros; Isla Flotante con Scafati y Santiago Villanueva, Pablo Accinelli; El Gran Vidrio (Córdoba) con Veronica Meloni, Romy Castineira y Manuel Molina; Simetría Doméstica con libros de Marina De Caro; Piedras con Mónica Heller.
También participan Selva Negra (Silvina Sicoli, Silvia Sánchez y Sofía Torres Kosiba); Quimera (obras de la muestra Manuel Fernández y Nicolás Martella y Franco Fasoli); Nora Fisch (Amadeo Azar, Lux LInder, Tiziana Pierri, Alberto Goldenstein, Claudia del Río, Silvia Gurfein, Julian Teran, Cynthia Kampelmacher, Florencia Bohtlingk), entre otros.
Las obras y las galerías «aliades» son publicadas en la cuenta de Instagram @fondofluido.