El 19 de enero pasado se estrenó en toda Latinoamérica la segunda temporada de “Escuela Imparables”, el reality show en el que mujeres emprendedoras con historias y perfiles muy diversos reciben mentorías y compiten por un premio de US$ 20.000.
Uno de los grande atractivos del programa conducido por Laura Tobón (exconductora de “Cámbiame el Look”, “La Voz Kids” y “La Voz Teens”), es que la asesora experta de las participantes es argentina. Silvina Moschini nació en Tandil y tiene una larga trayectoria como empresaria, que incluye el listón de haber sido nada menos que la primera mujer latinoamericana en crear una empresa “unicornio”, es decir, valuada en el mercado en más de US$ 1.000 millones.
Su “unicornio” se llamaba Transparent Business, y hoy su energía está puesta en Unicoin, en el rubro cripto. Pero en 2015 creó SheWorks, una iniciativa para facilitar el trabajo remoto para mujeres. Entonces, cuenta ella en diálogo con Newsweek Argentina, era visto como un beneficio innecesario. “Cuando iba a presentarla la gente me decía ‘todo muy bien con eso, pero a mí me gusta ver a la gente en la oficina’; había una asociación de eso con el poder”. Pero la pandemia le dio la razón.
Hoy, asegura que busca transferir parte de su experiencia y know how a más mujeres emprendedoras, y especialmente a las más jóvenes, a través de la pantalla del canal E! Entertainment. De hecho, sostiene que este, a pesar de la crisis global, es el momento indicado para hacerlo.
En este actual contexto de crisis y ante una inminente y anunciada recesión global, ¿qué posibilidades reales hay de emprender?
– Más que anunciada recesión, diría… Pero yo siempre lo analizo como los chinos: creo que las crisis son siempre el mejor terreno para las oportunidades. Acabamos de salir de una crisis, e incluso en algunos países todavía no han salido de la pandemia.
Las crisis nos sacan de nuestra zona de confort, nos ponen incómodos, y al estar incómodos, pensamos de manera más clara. Entonces, yo creo que hoy es un buen momento para emprender, pero sin tirar manteca al techo.
Ese creo que es uno de los principales problemas que han mostrado muchos de los emprendedores que hoy vemos que, tristemente, están despidiendo muchísima gente, porque literalmente se quedan sin dinero, dado que trabajan con un runaway muy corto. Y levantar capital lleva tiempo. Pero, por otro lado, esto también hace que surjan otros tipos de modelos, de financiamiento, de negocios. Como con la pandemia todo se digitalizó, se creó una base sobre la cual construir pensando de manera completamente distinta. Como dirían en Singularity University, pensando “de manera exponencial”, es decir, qué podés hacer para crecer diez veces más rápido, teniendo a la cadena de suministros bajo demanda; el talento como algo central; y oficinas y espacios en la Nube. Todo lo que tiene que ver con la construcción de las empresas cambió con la pandemia. Hoy buscamos que sean más eficientes y ágiles. Hemos visto que empresas que surgieron durante crisis presentan estas particularidades, y el contexto es bueno para ir por ese camino. Para mí, ha sido mucho más difícil crear empresas en tiempos de bonanza, porque hay muchísima más competencia y el capital va hacia determinados lugares.
El escenario que describe pareciera ser propicio para startups, con estructuras chicas y ágiles, que se adapten a coyunturas cambiantes. Incluso las gigantes tecnológicas se están reduciendo significativamente. ¿Ese es el camino hoy?
– Totalmente. También cuando vi que anunciaron los despidos de compañías icónicas, como Google, pensé: “Qué buena oportunidad para los emprendedores y las emprendedoras para captar ese talento que, a lo mejor, de otra manera no estaría en el mercado”. Yo lo miro con un cristal muy positivo porque creo que quien tiene lo que hay que tener se va a ver forzado a pensar y a usar el ingenio. La escasez trae claridad de mente. Y la creatividad, que es tal vez el atributo más representativo de Latinoamérica, se va a poner en juego en una situación en la que el contexto iguala el terreno. Hay mucha gente que antes ni siquiera había pensado en emprender, y muchas mujeres que salieron al mercado con la pandemia y ahora lo seguirán haciendo. El trabajo remoto también ayuda a que ese talento que hay en Argentina. Allí tengo un gran equipo con grandes talentos que está trabajando para todo el planeta, sin límites geográficos.
Este contexto y la normalización del trabajo remoto, ¿mejoran las oportunidades para las mujeres emprendedoras?
– Definitivamente. Una de mis empresas, se enfocaba en el trabajo remoto. La creé en 2015, viviendo en Barcelona, y cuando iba a presentarla la gente me decía “todo muy bien con eso, pero a mí me gusta ver a la gente en la oficina”. Había una asociación de eso con el poder, tal como pasó con el dinero en billetes. La pandemia lo eliminó en un gran porcentaje. Y lo mismo pasó con el trabajo remoto.
Mi compañía se llama SheWorks y facilita el trabajo remoto de mujeres, una especie de MercadoLibre de talento curado. Eso impacta muchísimo en la vida de las mujeres, porque el 51% de ellas se iban del mercado por falta de flexibilidad. El trabajo remoto quiebra esa barrera y permite que el trabajo sea algo que se hace desde el lugar en el que se está, y también permite a mujeres emprendedoras contratar a otras mujeres, haciendo crecer sus compañías con modelos más ágiles y ajustados a las necesidades que hay.
Y también son parte de las herramientas que les damos a las mujeres que participan del show “Escuela Imparables”, para que piensen distinto, que doblen las reglas sin quebrarlas.
¿Cuáles son las posibilidades reales de que más mujeres lleguen a puestos de liderazgo como el que usted ha alcanzado? ¿Es posible romper definitivamente ese techo de cristal?
– ¿Y por qué no? Yo soy de Tandil. Fui de Tandil a Hollywood. Hay mucho talento en las mujeres latinoamericanas; tanto como en los hombres. Creo que también hay un tema generacional: para mi generación, ser emprendedor era un plan B. Era lo que hacías entre trabajos o si no lo conseguías. Para los millennials y los centennials emprender es el plan A, y además mujeres y hombres no ven esos límites de roles culturales que mi generación vio. Las mujeres están logrando la mayor cantidad de títulos universitarios, maestrías y doctorados. Y los hombres ven cada vez más a la mujer como un par, ya no tienen que mantenerlas porque ellas buscan su independencia económica. Nunca en contra del hombre, sino pensando en cómo ser un par y construir un equipo. Al final del día, la decisión de con quién compartir tu vida es la decisión de negocios más importante que vas a tomar. Hay que elegir a alguien que te apoye y que tire para el mismo lado. Eso es lo que mostramos en el show, a través de roles, de educación, de exposición y de herramientas para que más mujeres se animen, porque mucho de esto está en vencer el síndrome del impostor, de pensar “eso no es para mí”. Antes decían “Calladita te ves más bonita”. Hoy las mujeres ya no tomamos eso como una limitante, y podemos aportar, con mucho cariño, para que las niñitas, las mujeres del mañana, puedan ser grandes emprendedoras y sientan que tienen exactamente las mismas oportunidades, y que en el camino su talento nunca fue clasificado a través de un cristal de género. Yo lo pude hacer y lo puede hacer cualquiera que tenga las ganas, el espíritu de sacrificio, la voluntad y el deseo de trabajar súper duro para superarse.
No hace falta armar unicornios, todas las compañías tienen un impacto. Con el apoyo de los hombres vamos a armar grandes equipos que presenten la diversidad del mundo.
¿Qué perfiles de emprendimientos se pueden ver en esta nueva temporada de “Escuela Imparables”? ¿A qué sectores pertenecen?
– Súper diverso. Buscamos emprendedoras que representaran la diversidad del mundo, de distintas edades y caminos de la vida. El Episodio 1 salió el 19 de enero y allí se pueden ver más en detalle los perfiles. Hay una campeona de boxeo, que está enfocada en el tema del deporte, que está creciendo mucho, así como todo lo que tenga que ver con el cuidado del cuerpo y el alma, el wellness. Hay empresas farmacéuticas, de tecnología, de diseño, de economía circular. Tratamos de representar el interés de las emprendedoras que pueden estar del otro lado, pero también la diversidad de la industria y los distintos modelos que se pueden llevar adelante. Yo en general me enfoco en alto impacto, alta tecnología, biotech, healthtech, crypto y tech, de modo que fue muy rico para mí sacarme ese sesgo sobre otras industrias: yo veía a los negocios de manufactura como muy complejos, mientras que los otros veían así a los de crypyo-finances y blockchain. Además, son mujeres de distintos países, y eso creo que le da un toque interesante porque, al final, los problemas que tenemos son parecidos. En lo personal para mí esto es una mentoría reversa que es buenísima. Aprendo muchísimo. Ver que la gente piensa diferente te hace infinitamente más rico.