El régimen talibán en Afganistán comunicó que no podrán construírse ventanas en lugares residenciales desde donde pueda verse a las mujeres y también ordenó a las ONG que despidan a todas las trabajadoras que forman parte de sus organizaciones. ¿Qué otros derechos han ido perdiendo las mujeres en ese país?
En el 2021 los talibanes tomaron el poder en Afganistán y a partir de ese momento, la participación y accionar de las mujeres en el ámbito público se vio cada vez más reducida.
En la actualidad, las mujeres afganas tienen prohibido: ir a parques, gimnasios, centros de belleza y no pueden salir de sus casas sin un acompañante.
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Tampoco pueden cursar estudios secundarios o superiores, por lo que están obligadas a dejar su formación educativa al terminar la primaria.
LA LEY DEL SILENCIO
A fines de agosto pasado, el régimen talibán estableció la «Ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio» que considera a la voz de la mujer como «awrah», es decir, una parte íntima, que solo puede ser escuchada «en casos de necesidad». Es por eso, que la normativa pasó a ser conocida como «la ley del silencio».
LA PREOCUPACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES
Aministía Internacional elaboró un informe titulado: «Afganistán: tres años de gobierno talibán y la inacción internacional han dejado sin esperanza a la comunidad afgana» en el que aseguró que «la comunidad afgana está luchando con tres años de frustración no resuelta mientras las autoridades de facto talibanas cometen violaciones de derechos humanos y crímenes de derecho internacional contra la población de Afganistán, especialmente las mujeres y las niñas, con absoluta impunidad».
La entidad habló con mujeres que antes de la llegada del régimen talibán trabajaban en campos como el derecho, la política, la educación y el deporte, pero «después de tres años de gobierno talibán, todas ellas repetían la sensación de no ser ‘nadie’, y no tener apenas oportunidades de empleo o de contribuir económica o culturalmente».
Además, el texto precisa que «diversas personas que representan a la sociedad civil hablaron del regreso de los castigos corporales a Afganistán, incluidas la flagelación pública, la ejecución pública, la amputación de miembros, la lapidación y otras formas de malos tratos y tortura que violan el derecho internacional».
«Quienes protestan sufren desaparición forzada, detención arbitraria, encarcelamiento, tortura y otros malos tratos», afirmó y añadió que «muchas de estas personas se han visto obligadas a huir del país, dejando atrás familias y empleos, por temor a las represalias».
A fines de septiembre de este año, el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres expresó en un evento sobre las mujeres en Afganistán que «nunca permitiremos que la discriminación de género se normalice en ningún lugar del mundo».
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El funcionario hizo hincapié en que «las afganas están en gran medida confinadas en sus hogares, sin libertad de movimiento y casi sin acceso a la educación o al trabajo».
Y subrayó: «Muchas mujeres afganas hablan de haber perdido la esperanza y de vivir como sombras, moviéndose silenciosamente en la oscuridad, temiendo siempre el castigo».
Por lo tanto, «es una autolesión a escala nacional. Educar a las niñas es una de las formas más rápidas de impulsar el desarrollo económico y mejorar la salud, el bienestar y la prosperidad de comunidades y sociedades enteras».
Qué es la «Ley del silencio» que impusieron los talibanes en Afganistán