El Gobierno ruso trasladó este lunes a un hospital al líder opositor Alexéi Navalni, quien dejó de alimentarse hace tres semanas. Navalni fue transferido de la cárcel en que se encontraba, a unos 100 kilómetros de Moscú, a un centro hospitalario de detención situado en las proximidades.
“El estado de salud de Navalni es satisfactorio”, informó el servicio penitenciario, que añadió que el líder opositor aceptó una “terapia con vitaminas”. Durante el fin de semana, allegados de Navalni habían dicho que el opositor se encontraba prácticamente al borde de la muerte.
Medios internacionales han publicado que cuatro médicos, incluido su médico personal, han dicho que corre riesgo de sufrir problemas cardíacos graves y uno dijo que podría “morir en cualquier momento”.
La agencia de noticias rusa TASS informó el lunes que la rama regional del servicio penitenciario de Rusia calificó la salud de Navalny como “satisfactoria”, alegando que le administran vitaminas y lo ve un médico todos los días.
Agence France-Presse informó el lunes que el Kremlin había desestimado las preocupaciones sobre la salud de Navalny y dijo que el gobierno no estaba controlando su salud.
Navalni dejó de alimentarse el 31 de marzo en protesta por las malas condiciones de detención y acusó a la administración penitenciaria de impedir el acceso de un médico y medicamentos pese a que sufre una doble hernia discal, según sus abogados.
Sus médicos aseguraron el domingo que les impidieron visitarlo por lo que los aliados de Navalni instaron a los rusos a que salgan el miércoles a las calles en la “mayor manifestación de la historia moderna” de ese país. Navalny está cumpliendo una sentencia de dos años y medio después de ser declarado culpable de faltar a reuniones de libertad condicional.
Su abogado dijo que estuvo en Alemania, recuperándose de haber sido envenenado y culpa del hecho al Kremlin.