Este miércoles, la Policía Federal de Brasil allanó la casa del expresidente Jair Bolsonaro, en el marco de una causa en la que se investiga la violación de los archivos del Ministerio de Salud para modificar datos de personas para emitir certificados de vacunación contra el COVID-19 falsos. Entre estos estarían el propio exmandatario y su hija Laura, que hoy tiene 12 años.
La propiedad de Lago Norte, en Brasilia, fue inspeccionada por orden del Supremo Tribunal de Justicia, la Corte Suprema brasileña, que lleva adelante la investigación. Aseguran que Bolsonaro se encontraba en la casa en ese momento y que los efectivos se llevaron los teléfonos celulares suyo y de su esposa Michelle. Ambos viven allí (le alquilan la casa al Partido Liberal) desde su regreso a Brasil, tras varios meses en EEUU.
La Corte, liderada por Alexandre de Moraes, investiga una red de corrupción y fraude posiblemente asentada en el máximo nivel de gobierno. Presuntamente, ofrecían y gestionaban certificados de vacunación falsos para que personas antivacunas pudieran viajar al exterior (especialmente a los EEUU) sin tener que vacunarse.
Como parte de este procedimiento, se realizaron otros allanamientos simultáneos, tras los cuales seis personas fueron detenidas, incluyendo a uno de los hombres más cercanos a Bolsonaro, su edecán militar, Mauro Cid, y a varios miembros de su seguridad entre 2019 y 2022.
Bolsonaro está acusado de formar parte de una red dedicada a falsificar certificados de vacunación contra el Covid, incluyendo el suyo propio y el de su hija (REUTERS/Carla Carniel)
Vale recordar que Bolsonaro militó permanentemente en contra de la vacunación, aunque en reiteradas oportunidades sostuvo que se vacunó para cumplir con su obligación legal, y se defendió de las críticas globales por el manejo de la pandemia asegurando que fue uno de los países que más vacunas adquirió y distribuyó. Pese a ello, Brasil es el segundo país con mayor cantidad de muertos en el mundo.
