Por Brendan Cole, de Newsweek
Los soldados rusos que luchan en Ucrania consumen drogas de forma rutinaria y las sustancias se llevan directamente a las trincheras, según un medio de noticias independiente en ruso.
Verstka, que lleva a cabo investigaciones e informes sobre Rusia en medio del ambiente restringido de los medios de comunicación del país, dijo que había entrevistado a docenas de soldados y residentes en territorios ocupados por Rusia en Ucrania.
Dijo que el consumo de drogas estaba generalizado entre los soldados rusos tanto en el frente como en las posiciones de retaguardia, con uno de cada 10 soldados fumando marihuana y muchos también consumiendo drogas duras.
Newsweek contactó al Ministerio de Defensa ruso para solicitar comentarios.
Un soldado consumidor de drogas le dijo a Verstka que los estrechos confines de las trincheras significaban que sus compañeros sabrían si otros estaban consumiendo sustancias, pero harían la vista gorda. «Lo principal es no molestar a nadie», dijo, «simplemente no salir del banquillo».
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«Consumen drogas por aburrimiento», añadió, señalando que mientras esperan que suceda algo, «el aburrimiento es mucho peor».
Dijo que un soldado ruso le llevó directamente a la trinchera un gramo de alfa-PVP, también conocida como «sal», desde Luhansk, mientras que otros soldados le dijeron a Vertska que era fácil conseguir drogas en los territorios ocupados y en el frente. «Es como en Las Vegas», dijo un soldado.
Las mulas de drogas llevan sustancias sintéticas, en concreto mefedrona y sal, a las trincheras, mientras que con frecuencia se encuentra parafernalia de drogas en las posiciones rusas, según Vertska, en su informe también publicado por el medio independiente Meduza.
El informe hacía referencia a un vídeo en el canal Telegram de Mobilization News de agosto de tropas que parecen estar fumando hachís a través de una lata con la publicación que dice que se están «relajando» después de las misiones de combate.
La publicación de Telegram decía que «no es sorprendente que después de las órdenes de los líderes militares, cuando los reclutas son arrojados bajo fuego como carne de cañón, tengan que suprimir los recuerdos de los horrores de la guerra con la ayuda del alcohol y las drogas».
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A lo largo de la guerra iniciada por Vladimir Putin, abundan los informes sobre la baja moral entre las tropas rusas en medio de grandes pérdidas, en particular tras la movilización parcial anunciada en septiembre de 2022, plagada de deficiencias en equipamiento y entrenamiento.
Vertska informó cómo un soldado en la región de Kherson llamado Kirill dijo que su camarada había estado consumiendo drogas durante tres años y medio antes de ir al frente y que tenía un alijo de drogas con él. Una vez, llamaron a un médico cuando lo encontraron sudando, temblando e incapaz de ponerse de pie.
Los residentes en el territorio ocupado por Rusia cobran precios elevados por suministrar drogas a las trincheras, mientras que sus compañeros soldados y voluntarios prorrusos también traen sustancias, junto con el equipo militar necesario para la línea del frente. Un soldado contratado dijo: «Hay muchos barbitúricos» y que «uno de cada dos o tres soldados toma algunos».
Un informe del Instituto Real de Servicios Unidos (RUSI) en mayo decía que el personal militar ucraniano había descrito cómo los soldados rusos con los que se encontraban a menudo parecían estar «bajo la influencia de anfetaminas u otras sustancias narcóticas».
Publicado en cooperación con Newsweek
