Bajo la amenaza de las armas, un grupo de soldados ucranianos abandonó una vivienda destruida; uno de ellos alzó los brazos en señal de rendición frente a las fuerzas rusas antes de acostarse boca abajo sobre el pasto recién brotado de la primavera.
Dos drones —uno ucraniano y otro ruso— captan la escena desde el aire. Ambos videos, obtenidos por The Associated Press, ofrecen versiones dispares del desenlace: en uno, los soldados parecen rendirse con vida; en el otro, son asesinados sin piedad.
Las imágenes más contundentes provienen del dron ucraniano, facilitado a la AP por oficiales militares europeos. Allí se ve cómo soldados con distintivos rusos levantan sus armas y disparan contra los prisioneros ucranianos en el suelo.
Uno de los disparos, a quemarropa, termina por destrozarle la cabeza a una de las víctimas. Para Rollo Collins, del Centro para la Resiliencia de la Información (CIR), el registro no deja dudas: «No es una muerte en combate. Es una ejecución ilegal».
El Kremlin niega que haya una política de ejecuciones, pero fiscales ucranianos sostienen que al menos 245 prisioneros han sido asesinados desde el inicio de la invasión en 2022. La cifra apunta a una estrategia deliberada. Para Yurii Bielousov, jefe del Departamento de Crímenes de Guerra en Ucrania, los asesinatos “están avalados desde los más altos niveles” del gobierno ruso. Moscú, por su parte, insiste en que sus tropas actúan conforme al derecho internacional y niega fomentar ejecuciones, repitiendo la narrativa de que casos como el de Bucha fueron falsificaciones.
La escena en Piatykhatky ocurrió el 13 de marzo de 2025, apenas dos días después de que blogueros pro-Kremlin publicaran un video mostrando a tropas rusas ondeando su bandera en la zona.
Ese mismo día, delegados estadounidenses aterrizaron en Moscú para conversar sobre un posible alto el fuego con Vladimir Putin. El presidente Donald Trump, cuya postura hacia Ucrania ha girado hacia la conciliación con Rusia, ha retirado el apoyo a investigaciones por crímenes de guerra, algo que preocupa a las autoridades ucranianas y a organismos de derechos humanos.
La ejecución está siendo investigada como crimen de guerra, y fue atribuida a miembros del 247º Regimiento Aerotransportado ruso, según analistas y blogueros militares. Los expertos del CIR confirmaron la autenticidad de los videos, la ubicación y las marcas distintivas de los uniformes rusos. La 128ª Brigada de Montaña ucraniana, que grabó las imágenes, evitó hacer comentarios mientras avanza la investigación. Aunque aún no hay condenas judiciales, las pruebas continúan acumulándose, mientras la pregunta sobre la rendición de cuentas sigue sin respuesta clara.